Tadeístas desarrollarán planta piloto para el manejo y autogestión del agua en barrio del sur de Bogotá

Tadeístas desarrollarán planta piloto para el manejo y autogestión del agua en barrio del sur de Bogotá

Destacadas
Tadeístas desarrollarán planta piloto para el manejo y autogestión del agua en barrio del sur de Bogotá
Lunes, Julio 13, 2020
Compartir en
El proyecto, denominado Origami Water, fue ganador de la convocatoria internacional de Microbecas de la Red Internacional de Innovación para el Desarrollo (IDIN). A partir de él se busca que la comunidad del barrio San Germán, en la localidad de Usme, desarrolle procesos de gestión autosostenible del recurso hídrico.
Portada: Planta arquitectónica - Planos: Equipo de investigadores - Fotografías: Sebastián Rodríguez y Andrea Pava Gómez

En medio del Parque Entrenubes, en la localidad de Usme, al sur de Bogotá, se encuentra San Germán, un asentamiento informal que está sobre un área de preservación ambiental con restricciones legales. Esta situación ha generado que el territorio no cuente con infraestructura básica para el acceso a bienes y servicios urbanos, entre ellos el agua potable.

Sin lugar a dudas, esta problemática se agrava por la emergencia sanitaria que se vive en medio de la pandemia por el Covid-19; conscientes de ello, un equipo del programa de Arquitectura de Utadeo, conformado por el estudiante Sebastián Rodríguez y los profesores Alejandra Villamil Mejía, Andrés Sánchez (cofundador y director de Urbz) y Silvia Buitrago, en colaboración con la profesora Jessica Nomesqui, de la Universidad Nacional de Colombia, y Andrea Pava, líder y co-Fundadora de En-Material, propusieron un Plan de Manejo y Autogestión del Agua para este barrio, que nació como parte de la asignatura de Arquitectura y Tecnología, tras analizar el barrio y las problemáticas que este tenia. 

Las condiciones habitacionales del barrio son realmente críticas. Estamos hablando de un territorio en el que la mayoría de las personas que lo habitan son desplazados por el conflicto, reinsertados y madres cabeza de hogar, lo que hace que sea una población muy diversa, con unas realidades urbanas muy especiales, pues todo lo que existe en el barrio es por autogestión de sus habitantes. Aquí no llega el Distrito ni las iniciativas gubernamentales. Precisamente lo que hace esa iniciativa es fortalecer los vínculos comunitarios y garantizar unas condiciones mínimas de habitabilidad”, precisa Pava, quien agrega que su colectivo, en conjunto con Urbz, llevan trabajando aproximadamente dos años en el territorio, escenario que facilitó el contacto para poder generar el proyecto. 

La apuesta, denominada Origami Water, fue ganadora de la convocatoria internacional de Microbecas de la Red Internacional de Innovación para el Desarrollo (IDIN), en su versión del 2020.  La propuesta consiste en una estructura leve que combina arquitectura con un sistema de aguas lluvias, que permite la recolección y almacenamiento para el abastecimiento del recurso hídrico por parte de agrupaciones de seis a ocho viviendas en este barrio.

“Buscamos el aprovechamiento de un recurso no renovable, que en este caso es el agua lluvia. Infortunadamente, muchas veces se desperdicia o se utiliza para actividades agropecuarias, pero casi nunca para entonos urbanos, así que esta es una oportunidad de diseño, dado que queremos desarrollar una tecnología de bajo costo donde la comunidad se pueda apropiar de esta y generen pertenencia”, destaca Nomesqui. 

La subvención tendrá una duración de seis meses, iniciando en el mes de julio y finalizando entre diciembre de este año y enero del 2021; los dineros se destinarán exclusivamente a la compra de materiales para la construcción del sistema. También contarán con la asistencia técnica de los asesores de la Red IDIN y del MIT.  Lo primero que se hará durante la ejecución, dice Sánchez, será ajustar la propuesta, de tal modo que se adapte a las necesidades de la comunidad, desde lo técnico. 

Vista general del barrio San Germán, en la localidad de Usme

El sistema planteado está compuesto por un espacio tipo embudo que cubre un área de 15 metros cuadrados; en la parte superior de la cubierta tiene un cono invertido que posibilita la captación de agua, mientras que en, la parte inferior, se acondicionará el terreno para disponer de seis tanques plásticos, cada uno con capacidad de 1.000 litros. 

De acuerdo con los investigadores, la idea es que esta unidad, a futuro, pueda complementarse con un área de fitodepuración (sistema de depuración de aguas, similar a cómo funcionan los humedales, haciendo uso de plantas vegetales superiores) que estaría compuesta por un sistema de fitorremediación (técnica que aprovecha la capacidad de algunas de estas plantas para absorber, acumular, metabolizar, volatilizar o estabilizar contaminantes presentes en el aire, agua, suelo o sedimentos), por medio de macrófitas. Para ello, según Villamil, tras finalizar el informe de ejecución, podrán aspirar a dos prórrogas más. 

En lo que será la primera fase, se espera construir la totalidad del modelo piloto de recolección de agua, que permitirá a la comunidad poder replicarlo de manera autogestionada y así garantizar el acceso y abastecimiento de agua en todo el territorio. Con esta iniciativa se espera que la comunidad se organice en el liderazgo de proyectos de infraestructura y mejore las condiciones de habitabilidad, atendiendo las necesidades de higiene y bienestar, no solo en tiempos de pandemia, sino también en la construcción del territorio y desarrollo comunitario.

El barrio cuenta con un sistema artesanal para la recolección de agua

Los investigadores esperan que, a futuro, junto con los aliados, se pueda dar continuidad al proyecto en una segunda fase, que consistiría en la instalación del sistema para garantizar el consumo de agua a las familias.

Transformando el territorio desde la arquitectura autosostenible

Para la correcta operación y funcionamiento del proyecto, los investigadores trabajarán de manera conjunta con lideres comunitarios y jóvenes entre los 12 a los 18 años que viven en la zona alta del barrio. Así, durante la fase piloto, se llevará a cabo el entrenamiento y apropiación del sistema para que la comunidad pueda replicarlo e inicie el relevo intergeneracional. 

Queremos transmitir conocimiento, pero también recibirlo por parte de las comunidades, al interactuar con ellas y reconocer muchos de sus procesos, en lo que llamamos, desde nuestro colectivo, un conocimiento recíproco” , expresa Pava. 

La población beneficiaria directa se compone de un total de 21 participantes en el proyecto piloto, mientras que la población beneficiaria indirecta está integrada por 50 familias. Con ellos se espera, a largo plazo, tejer una plataforma de aprendizaje colectivo en torno a la gestión responsable del agua en el territorio.

Pero, como lo puntualizan los investigadores, el reto va más allá de lo arquitectónico, para centrarse en una intervención social que promueve el compromiso juvenil sobre acciones que mejoren el territorio que habitan, al tiempo que se piensan alternativas para la gestión del agua y de los suelos en el marco de la legalidad: “la posibilidad de replicar el sistema desde el trabajo colaborativo mantiene las asociaciones de los diversos grupos socioculturales, respetando hábitos culturales de modo que se mantenga la autogestión y democratización del sistema de organización”, destacan.

Corte arquitectónico de la planta piloto: a) y b) vista longitudinal; c) vista transversal

Como parte de los esfuerzos que adelanta la Universidad, especialmente desde su programa de Arquitectura, en torno a generar escenarios colaborativos e interdisciplinares de aprendizaje, esta propuesta es clave para unir esfuerzos por parte de personas y organizaciones interesadas en construir un ecosistema comunitario especializado en proyectos sociales.

Este, por ejemplo, es el caso de los colectivos EN-MATERIAL y Urbz Colombia, que desde hace año y medio apoyan procesos de diseño para la autogestión de infraestructuras innovadoras vinculadas al espacio público, la arquitectura y lo urbano en contextos de origen informal. En este sentido, EN-MATERIAL es el gestor del proyecto, al ser una organización que tiene presencia en el lugar, mientras que Urbz Colombia brindará apoyo en el desarrollo técnico de las propuestas, cálculo estructural y gestión de materiales.

De igual forma, desde el Centro de Innovación de Tecnologías Apropiadas y Educación (C-Innova), hoy DIVERSA, a través de sus miembros activos, permite la participación en esta convocatoria del IDIN, para fortalecer las iniciativas de sus comunidades, y liderarán el proceso de socialización para la validación del diseño técnico del sistema de aguas, desarrollo de metodologías de co-diseño y actividades de socialización para la validación del proyecto, a través de procesos participativos y diseño de los talleres de gestión del agua.

“Esta microbeca es muestra de cómo una pasión puede llegar al territorio y se puede materializar un proyecto; lo que buscamos siempre es poder llegar a la acción en el territorio y esta es una oportunidad para hacerlo”, puntualiza Villamil. 

Mujeres del barrio San Germán, en la localidad de Usme, transportando agua

Finalmente, los investigadores extienden una invitación para que estudiantes de Utadeo y de otras universidades se involucren en este proyecto colaborativo, con el ánimo de fortalecer experiencias en campo, mediante proyectos reales y de impacto social, que puedan incluso ser replicados en otros escenarios, dado que los informes que entreguen los investigadores harán parte del repositorio de la Red IDIN, para su consulta en los países miembro. 

“Este es un proyecto tipo que puede ser escalado a cualquier parte de Colombia, así que podemos solucionar un problema que no solo está presente en esta comunidad, sino también en muchas otras. Lo importante aquí es unir a la arquitectura y al diseño, desde sus miradas técnicas, para poder brindar una solución a la sociedad”, agrega Nomesqui. 

Vale la pena destacar que el IDIN es un programa dirigido por el D-Lab, el Instituto de Tecnología de Massachusetts MIT, el cual es implementado por un consorcio global de socios académicos, institucionales y de centros de innovación. Cuenta además con el apoyo de la Red de Soluciones de Educación Superior de USAID, en el Laboratorio de Desarrollo Global de EE. UU. Hoy, los miembros y socios de la red continúan apoyando a innovadores y emprendedores de todo el mundo para diseñar, desarrollar y difundir tecnologías que mejoren las vidas de las personas que viven en la pobreza.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional.