¿Y si el ser humano se permitiera sentir más? Una invitación a leer con todos los sentidos
Cerramos los ojos para concentrarnos más, lo hacemos para resolver operaciones matemáticas o cuando damos un beso. ¿Qué posibilidades tenemos como individuos y como sociedad si aprendemos a sentir más allá de la vista?
Esta fue una de las preguntas del conversatorio Leer con todos los sentidos que se llevó a cabo el pasado jueves 20 de septiembre, un evento organizado por RenasCentro y la Biblioteca de Utadeo, con la participación especial del Instituto Nacional para Ciegos (INCI).
En este conversatorio, los asistentes pudieron acercarse a otras posibilidades de lectura más allá de la que hacemos con los ojos, una lectura de libros y materiales, pero también de la realidad misma. Los panelistas invitados fueron Enrique King Garcés, coordinador del Centro Cultural del INCI y Jorge Andrés Colmenares, líder del servicio de Sensoroteca de este instituto.
¿Sabías que existen muchos sentidos más allá del tacto, la vista, el olfato y el oído? Jorge Andrés llamó la atención al respecto, compartiendo con el público un listado de habilidades sensoriales de las que no somos conscientes, como:
- El sentido temporal, aquel que nos permite saber qué tanto tiempo ha pasado, sin la necesidad de tener un reloj.
- El Equilibrio, una habilidad especial para reconocer nuestra posición en el espacio.
- El sentido cinestético, la capacidad de ser conscientes del movimiento muscular y de la postura.
- El sentido electromagnético, el cual nos ayuda a orientarnos según el campo electromagnético de la tierra.
Todos tenemos la posibilidad de agudizar estos sentidos, pero preferimos desarrollar solamente nuestros sentidos básicos, siendo el de la vista el más predominante. “La vista suele distraernos”, señaló Enrique King, quien explicó que solo con el hecho de cerrar los ojos nos hacemos más conscientes de los sonidos, olores y texturas que nos rodean.
“La invitación es a leer un poco más, cualquiera podría pensar que leer es simplemente pasar los ojos sobre letras impresas en un papel, pero hoy en día podemos tener la seguridad de que leemos permanentemente; no podemos evitar estar percibiendo y que nuestra mente esté todo el tiempo elaborando ideas y sacando conclusiones de lo que podemos captar a través de todos los sentidos”, aseguró King.
Durante el conversatorio, Enrique enseñó al público algunos conocimientos básicos de Braille, el sistema de lectura y escritura inventado por Luis Braille basado en puntos perforados sobre hojas de papel. El experto dio a los asistentes un texto en braille y juntos realizaron el ejercicio de lectura de las dos primeras líneas. Decía: “El amor es como el braille”.
Y efectivamente es un acto sensorial, racional, de descubrimiento y pasión, así como el amor. Con esta posibilidad de leer Braille cerró el evento.
Seguramente los asistentes al conversatorio aceptaron el reto de descifrar por su cuenta el resto de la frase. El texto completo decía: “El amor es como el braille, para entenderlo hay que sentirlo”.
Tal vez esto mismo pasa con el mundo, para entenderlo hay que sentirlo. ¿Y si el ser humano se permitiera sentir más? ¿Y si se atreviera a leer con todos los sentidos?
