La infancia es una etapa clave en la vida de todas las personas, que construye poco a poco quiénes somos y cómo nos comportamos. Por esta razón, recurrir a los recuerdos en la infancia a veces puede ser un poco nostálgico porque es ahí donde nacen nuestras primeras experiencias, buenas y malas, que empiezan a ser imborrables.
La televisión evoluciona constantemente y cada generación ha sido partícipe de esos cambios, desde los tipos de gráficos y animaciones, las historias y los desarrollos de los personajes y la transmisión de estos. Es innegable que el internet abrió las puertas a un mundo nuevo donde pasamos de ver una serie en las tardes y esperar cada día un nuevo capítulo o que no se repitiera el mismo, a que desde instagram o desde el website pudiéramos ver spoilers, ver la comunidad de esa serie, interactuar con juegos, preguntas, concursos, todo girando en torno a un programa televisivo.
Los programas y las películas infantiles nos permitieron soñar con una vida mágica y de cuento de hadas, donde las niñas tendrían su príncipe azul pero también una villano que les impediría ser felices, y los niños que soñaban con ser caballeros que luchaban contra cualquier adversidad, caracterizados por su fuerza y su valentía. De cierta forma los dibujos animados forjaron estereotipos que hasta el día de hoy permanecen con fuerza pero que poco a poco cambiarán, porque no todas las niñas sueñan con ser princesas y tener un príncipe que les salve la vida, a veces ellas también quieren ser guerreras, y estar en contra del sistema. Actualmente, dejamos de creer en eso así como en las familias perfectas de Disney, donde si pasa algo es culpa de la hija o del hijo, no siempre es así, y Red nos demostró que los padres también se equivocan y es importante reconocerlo.
Por otro lado, las canciones también nos recuerdan muchas alegrías, fiestas de cumpleaños, cómo nos enseñaron a reconocer los números, los sonidos de los animales, los colores. Las rondas infantiles son un medio natural de expresión, para dar a conocer sus sentimientos, deseos, ideas, al establecer contacto con personas, objetos y entorno natural (Buitrago, M, Machuca, D. 2016).
En nuestros primeros años, cada experiencia nos enseña algo nuevo, vamos conociendo poco a poco nuestro entorno, nuestros amigos, nuestra familia, por lo que recordar cada vivencia nos llena de emotividad al saber todo el tiempo que ha pasado, lo que hemos cambiado y donde estamos ahora. Buscar dentro de los álbumes familiares a nuestros padres cuando eran jóvenes, nuestros primeros cumpleaños, nuestros amigos de infancia, los viajes que solíamos hacer, todo eso que está plasmado en una foto pero que nos permite viajar en el tiempo y querer que algunas de esas cosas, volvieran a ser así. Por ejemplo, las navidades, cuando en las calles nos juntábamos con nuestros vecinos y cada niño salía de su casa con sus juguetes listos para estrenarlos, o el primero de enero cuando hacíamos paseos de olla o un asado en nuestra cuadra.
Este viernes de 11 am a 12 pm en Gen Z en llamas recordaremos canciones, lugares, series y películas que marcaron nuestra infancia, participa en nuestras redes sociales con el hashtag #Lomejordeminiñez, sintonízanos a través de óyeme utadeo 2.0