Un estudio realizado por Rupert Sheldrake, da a conocer las formas modernas de comunicación y de cómo se pueden interconectar con una forma de comunicación, conocida como la telepatía. El Dr. Sheldrake reunió a un grupo de personas, cuyo objetivo era adivinar quién les estaba llamando cuando sonaban sus celulares, en este ejercicio cada participante podía escoger cuatro llamadas para que fueran recibidas. Con éste estudio el Dr. Sheldrake, se quiso anticipar las críticas de algunos otros científicos que indicaron que un amigo cercano o miembro de la familia podría estar constantemente en los pensamientos de una persona y así mismo terminaría llamándolo, por lo tanto las posibilidades de que los dos sucesos se den al mismo tiempo son altas.
En una primera ronda de experimentos, 63 personas tuvieron un éxito promedio del 40%, por encima del 25% dictado por el azar, a lo largo de las pruebas también se observó que era importante que los participantes se sintieran confiados, ya que sentirse así podría producir un éxito del 85% y un 34% cuando no estaba muy seguro, arrojando también 28% cuando sólo estaba “adivinando” sin la intervención de algún sentimiento.
Pam Smart, científica también, con el fin de comparar aquel experimento, realizo el mismo ejercicio parar la conexión telepática entre los seres queridos frente a la conexión entre los extraños, en ésta prueba encontró un éxito del 50% entre familiares 25% con personas extrañas, indicando que el ejercicio es totalmente positivo y que por lo tanto la telepatía es una forma de conexión exitosa.
Por otro lado, la investigación del Dr. Sheldrake, provoco molestia en otros científicos, pues han cuestionado la fiabilidad de las investigaciones de la telepatía telefónica, indicando que no es “nada más que pura fantasía y charlatanería”. Finalmente, es claro que los científicos, desean ocultar la existencia de capacidades psíquicas, ya que aquel que no siga “las ordenes” de los principales científicos, éstos quedarán degradados a investigadores sin fundamentos ni credibilidad.
Laura Monroy-Frecuencia Cósmica