La cosmología de nuestro rock encuentra muchos nombres de estrellas de afuera pero muy pocos nacionales en sus orígenes: junto a Elvis Presley, Bill Halley, Palito Ortega, Enrique Guzmán y los Teen Tops aparecen visionarios como Jimmy Raisbeck, Carlos Pinzón y Alfonso Lizarazo, hombres de radio que saciaron la sed de rock and roll que tenía la muchachada; en cambio, nombres como Brando Ortiz, los Rebeldes, los Danger Twist y los Dinámicos son más que un mito gracias a la memoria de algunos protagonistas y testigos de la época, y a los archivos de prensa. Desafortunadamente, no existen (o no se conocen) registros sonoros de su música.
No era fácil, como no lo fue durante muchísimo tiempo, grabar un sencillo y ponerlo a sonar en las emisoras; tampoco era fácil hacerse a una guitarra eléctrica, un bajo o una batería, pero los rockeros se dieron maña: durante un tiempo bastaron un buen carpintero que diera forma al armatoste del instrumento, un micrófono desvalijado de algún teléfono público y un buen bafle. El deseo siempre venció a la precariedad, a veces con un poco de ayuda del azar.
En 1964, con el planeta Beatles ya orbitando el sol, quiso la fortuna que una de las bandas más destacadas de Chapinero fuera elegida para telonear a la estrella del rock and roll mexicano Enrique Guzmán: los Dinámicos, liderados por Humberto Monroy y Fernando Latorre. Entonces fueron los empresarios del concierto quienes quisieron “engordar” el sonido del grupo, para que estuviera “a la altura” del evento, uniéndolos con otra banda llamada los Electrónicos, integrada por los hermanos Luis y Édgar Dueñas, entre otros; nacían así los Speakers, padres responsables de todo lo venidero. Una pizca más de suerte aportó a la causa el ingreso de genial multiinstrumentista sevillano Rodrigo García.
Tal vez, pensando en sacarle provecho y plata al furor que el rock and roll generaba en todas partes, Sello Vergara, más afín a sonoridades tropicales y andinas, apostó por la banda del momento y editó el primer álbum de los Speakers; dicho de otra forma, aunque los Daro Boys, los Hermanos Ferreira e incluso Carlos Román y el mismísimo patriarca de la música caribeña colombiana, Lucho Bermúdez, se habían aproximado al rock and roll, la edición del disco homónimo de la banda, The Speakers, en 1965, empezó a escribir la historia de nuestro rock. De eso ya hace medio siglo.
F.noiseyvice