Las denuncias en contra del Colegio Gimnasio Castillo Campestre no cesan desde que Alba Reyes, madre de Sergio Urrego, estudiante de esta institución decidió suicidarse el pasado 4 de Agosto por las discriminaciones que sufría dentro del lugar, no sólo son los estudiantes quienes se quejan de la discriminación que sufrió Sergio meses antes de morir, a eso se suma el caso de otro de los estudiantes que también acabó con su vida por la misma razón y ahora, hasta los funcionarios mismos se quejan por el lugar en el que estuvieron laborando, “Usted no se imagina la presión que han ejercido sobre la directora del grupo al que perteneció Sergio Urrego. La Fiscalía debería tomar su declaración y la de todos los profesores”, esta es la declaración de una de las profesoras del colegio, quien expresa que es casi un castigo trabajar en ese lugar.
“A ella le quitaron parte de su sueldo, el llamado ‘bono de desempeño’, por no haber hecho anotaciones negativas en la bitácora de Sergio para justificar su homofobia. Esta presión es de parte de la rectora Azucena y su hermana Constanza Castillo. Para esta profesora Sergio no podía tener anotaciones negativas, ya que su comportamiento en general era muy bueno. Esa profesora ha derramado lágrimas de sangre con lo que ha pasado. Hemos visto como varias veces, minutos antes de la hora de salida, la han citado en rectoría para presionarla y seguir culpándola de todo. A nosotros nos reiteran que no podemos hablar con nadie sobre la situación ni hacer declaraciones, ya que esto nos puede traer perjuicios legales. Por eso mis compañeras y yo hemos tenido miedo de hablar”.
Closet Abierto habló con Albar Reyes, y en su versión afirmaba que este colegio abusaba de los costos, exigía gastos que no se justificaban y de hecho, esta era otra de las razones por las que Sergio también se enfrentaba a las directivas, la versión coincide con la de esta profesora, que por seguridad pidió que se cambiara su identidad hasta que se resolviera el caso, ella, detalló “supuestos descuentos arbitrarios a los docentes, cobros poco claros a los padres de familia, comida al parecer sin medidas de salubridad, falsa publicidad y ausencia de profesores en el Gimnasio Castillo Campestre. Hace algunos meses el colegio recibió tres visitas de la Secretaría de Educación, pero la rectora invitó a los funcionarios a su oficina y, a punta de atenciones, evitó que se investigaran estas denuncias de las que las directivas dijeron no querer hablar”.