Coleccionar es como armar un gran rompecabezas
En la sala del Museo de Artes Visuales de Utadeo (MAV), la maestra Elsa Zambrano estaba acomodando, cuidadosamente, un cartón de esponjas de metal aparentemente antiguo. Lo puso sobre una de las cajas de vidrio y madera en las que ella recrea pequeños escenarios satíricos a partir de princesas de Disney, soldaditos de plomo, postales y crayolas que ha encontrado en mercados de pulgas, tiendas de museos y puestos de arte callejeros.
Estas cajas fueron el antecedente de sus Colecciones, una serie de recopilaciones que se exhiben hasta el 26 de abril de 2019 en nuestra universidad. La maestra es egresada tadeísta en Bellas Artes y asegura que al estudiar aquí se "encontró" como artista. De niña, ella solía coleccionar frasquitos y empaques de droguería y ahora, ya como una artista destacada y consolidada, presenta su obra de coleccionismo de representaciones de obras de arte. "Mis cuartos [en los lugares en donde ha vivido] siempre han tenido cosas pegadas en las paredes, con fotos puestas, como es aquí, ¿no?", recuerda mientras observa las cuatro paredes del MAV.
Una mujer de rostro dulce y auras azules nos observa desde la pared norte del Museo. La joven de la perla de Vermeer mira, pregunta, inquieta y atrae. Sus aretes parecen ser un magneto que nos invita a conocer, en esta exposición, toda una colección azul, perla, blanca y luminosa de platos, páginas de libros, postales, pantallazos de redes sociales y bisutería con representaciones de esta obra de arte. “La joven de la perla es para muchos el icono del arte. Para mí, verla a ella y a Las meninas de Velázquez es mucho más emocionante que ver La Monalisa”, asegura.
“Esta foto -añade- la tenía hace muchos años, la tomó mi hijo Pablo, y de pronto me salió un día en un recuerdo de Facebook; entonces hice la captura de la foto y ahí está. Tiene historia, yo en ese momento no tenía ni idea que iba a trabajar esto”.
A pesar de la predominancia de La joven de la perla en su obra, el detonante de Colecciones fue El nacimiento de Venus de Botticelli. En uno de sus viajes, luego de salir del gran museo de Uffizi en Florencia, se encontró en un puesto para turistas, sobre un andén, a la mismísima Venus. La tomó en sus propias manos (era algo asombroso) y le dijo a su esposo: “¡mire lo que tengo en la mano, es la Venus en persona!” Ahí, dice ella, comenzó todo. En el costado oriental del MAV, la diosa romana y La Monalisa comparten la pared más extensa.
“Estudiando en la Tadeo, conocí a un muchacho con el que íbamos juntos a los talleres de fotografía y a los talleres de grabado, nos hicimos muy amigos y luego, terminamos casándonos. Es artista también, Diego Mazuera”, relata la maestra. Su esposo ha sido su compañero de viajes, trabajo y búsquedas. "La familia de Diego -cuenta- tiene una gran colección de soldaditos de plomo. Tengo dos hijos hombres, a ellos les gusta mucho la historia y también, los soldaditos de plomo… entonces como soy la única mujer de mi núlceo familiar [y ellos, los hombres, tiene su propia colección], empecé mi gran vitrina de solo mujeres".
Por eso, las protagonistas en Colecciones son mujeres: además de La joven de la perla, Las meninas y La Monalisa, es posible encontrar una colección sobre perfiles de mujeres realizados por varios artistas y algunas representaciones femeninas de Rembrandt. También se suman dos colecciones sobre La gran ola de Kanagawa del artista japonés Katsushika Hukusai y de distintas obras de Magritte (aunque en estas no se maneja una temática femenina).
“Uno como mujer -expresa Zambrano- defiende los derechos de la mujer, estamos oprimidas inclusive en el campo del arte. Se sabe que las mujeres venden a menor precio que los artistas hombres. Es más, usted va a un museo y aparte de que todos los desnudos son de mujeres, uno ve muy pocas obras de mujeres”. Colecciones es también una crítica al lugar de la mujer en el arte.
En una de las cajas o escenarios que recreó la maestra, es posible ver un pequeño tajalápiz en forma de radio, el cual muchos tuvimos cuando éramos niños. “Ese radio tiene una historia muy bonita porque Diego, mi marido, estaba en Barichara una vez en una pizzería y de pronto vio el radio en el piso: con el pie fue trayéndolo y lo cogió como diciendo ‘yo no me encontré nada’. Así armo el rompecabezas”, cuenta la maestra.
Elsa Zambrano compara, así, el proceso de coleccionar con armar un rompecabezas. En cada lugar, en cada foto, en cada calle, en cada publicación de redes sociales hay una ficha del 'gran ensamblaje' que es la cultura misma. En este caso, este ensamblaje responde a la lectura que hace la maestra Zambrano del arte y del mundo, del canon artístico y de la cultura popular.
*Esta exposición se realizó bajo la curaduría de Ana María Escallón.
Oficina de Comunicación Utadeo
María Alejandra Navarrete
Fotografía: Alejandra Zapata
Desarrollo web: John Beltrán
