Desechos que narran la realidad de Colombia

Conocer qué va a suceder en el futuro siempre ha sido uno de los grandes interrogantes de la humanidad, un misterio que, en la Roma Antigua, intentaban descifrar los Arúspices: Sacerdotes que predecían el futuro por medio de la observación del aspecto de las entrañas de animales sacrificados y así darles algún dato o revelación a quienes preguntaban.

Desde ese tiempo, eso no ha cambio. Aún se busca saber qué pasará en el futuro y contamos con Arúspices del Siglo XXI, quienes no a través de las entrañas de los animales, sino a través de las entrañas del hombre y los desechos que van dejando a su paso pretenden no adivinar sino mostrar lo que pasa en una sociedad como la colombiana.

En esto consiste la exposición Arúspices de los artistas Leonel Castañeda y Carlos Castro, egresados de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que estará abierta al público hasta el 11 de septiembre en el Museo de Artes Visuales -MAV- de la Universidad.

La exposición hace parte del Proyecto Bachué, una plataforma de gestión enfocada en las artes plásticas y audiovisuales colombianas que cuenta con colección de arte y sello editorial. A la inauguración asistieron destacados curadores de arte, docentes, estudiantes y personas de la ciudad que disfrutan del arte.

Entre ellos estuvo José Darío Gutiérrez, creador de Proyecto Bachué quien destacó que: “lo importante de esta obra es que cuenta con la presencia de dos artistas muy destacados de la Universidad, a quienes los une la idea de trabajar con los objetos y cosas que la sociedad va dejando de lado. Es la última resignificación de los desechos de una sociedad”.

Desechos que van desde piezas dentales, fotografías, huesos humanos y gotas de sangre. “Aunque disruptivo es, no deja de ser aterrador”, señaló Liliana Espinosa, estudiante de arte. Aterrador, perturbador y confrontante fueron algunas de las palabras que emitieron los visitantes.

Claro que es aterrador de alguna forma, “porque lo que vivimos a diario en el país es aterrador”, asegura José Darío Gutiérrez. A esto, Leonel Castañeda, uno de los artistas dice con contundencia: “aterrador es ver un partido de fútbol y que luego haya una masacre y nadie diga nada. Aterrador es ver cómo la gente se idiotiza con series que hablan de narcotráfico, prostitución y muerte. Eso sí es aterrador. Mi obra es una necesidad de compartir sentimientos, esto hace parte de mi proceso como artista que completa tres décadas”.

Carlos Castro y Christian Padilla. Fotografía:Catalina Bautista. 

Esa necesidad de incomodar a las personas y llevarlas a una reflexión de las realidades del país. Esas realidades se observan, por ejemplo, en una caja de dientes incompleta, detrás de esa caja está un habitante de calle que perdió todos sus dientes. O en una imagen del Divino Niño con cuerpos desmembrados, que traen a la memoria las llamadas “casas de pique”.  

Las obras se realizan con materiales y objetos que las personas van desechando a lo largo de la vida. Leonel Castañeda visita los mercados de las pulgas, pero los de verdad como dice él, con los habitantes de la calle y quienes recogen los desechos de la ciudad para crear sus obras.

Carlos Castro Arias, quien también participa en la obra, lleva más de diez años trabajando con materiales “fuertes” como los denomina. En la exposición tiene un papel de colgadura hecho con sangre de su familia. “Para mí significa algo afectivo, pero para otras personas puede representar algo muy distinto. Realmente me interesa que cada visitante saque sus propias conclusiones e interpretaciones”, señala Castro.

Quienes visiten Arúspices sin duda alguna tendrán un espacio de reflexión, de hacer varias interpretaciones y de ver cómo los huesos, la sangre, los dientes, los cuchillos decomisados, las pipas de bazuco y las cajas de dientes nos relatan alguna parte de la historia de Colombia y su realidad. 

Los artistas y sus motivaciones

Carlos Castro parte de la apropiación de imágenes históricas y de la recontextualización formal y simbólica de objetos encontrados. En su arte explora elementos de la identidad individual y colectiva donde da voz a historias no contadas y visión a puntos de vista ocultos.

Por otro lado, la obra de Leonel Castañeda gira en torno a un interés por el cuerpo y su vulnerabilidad. Su proceso se desarrolla a partir de numerosos encuentros donde coinciden en un mismo universo elementos de distintas procedencias, que devienen en símbolos y se cargan de significados.

Leonel Castañeda y Christian Padilla. Fotografía:Catalina Bautista.

 

Desechos que impactan la cotidianidad

 

 

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Desechos que narran la realidad de Colombia
Viernes, Agosto 26, 2022
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Leonel Castañeda y Carlos Castro, los arúspices del siglo XXI, estuvieron en la inauguración de la exposición Arúspices, una selección de sus obras de la colección Proyecto Bachué que se presentará hasta el 11 de septiembre en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Conocer qué va a suceder en el futuro siempre ha sido uno de los grandes interrogantes de la humanidad, un misterio que, en la Roma Antigua, intentaban descifrar los Arúspices: Sacerdotes que predecían el futuro por medio de la observación del aspecto de las entrañas de animales sacrificados y así darles algún dato o revelación a quienes preguntaban.

Desde ese tiempo, eso no ha cambio. Aún se busca saber qué pasará en el futuro y contamos con Arúspices del Siglo XXI, quienes no a través de las entrañas de los animales, sino a través de las entrañas del hombre y los desechos que van dejando a su paso pretenden no adivinar sino mostrar lo que pasa en una sociedad como la colombiana.

En esto consiste la exposición Arúspices de los artistas Leonel Castañeda y Carlos Castro, egresados de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que estará abierta al público hasta el 11 de septiembre en el Museo de Artes Visuales -MAV- de la Universidad.

La exposición hace parte del Proyecto Bachué, una plataforma de gestión enfocada en las artes plásticas y audiovisuales colombianas que cuenta con colección de arte y sello editorial. A la inauguración asistieron destacados curadores de arte, docentes, estudiantes y personas de la ciudad que disfrutan del arte.

Entre ellos estuvo José Darío Gutiérrez, creador de Proyecto Bachué quien destacó que: “lo importante de esta obra es que cuenta con la presencia de dos artistas muy destacados de la Universidad, a quienes los une la idea de trabajar con los objetos y cosas que la sociedad va dejando de lado. Es la última resignificación de los desechos de una sociedad”.

Desechos que van desde piezas dentales, fotografías, huesos humanos y gotas de sangre. “Aunque disruptivo es, no deja de ser aterrador”, señaló Liliana Espinosa, estudiante de arte. Aterrador, perturbador y confrontante fueron algunas de las palabras que emitieron los visitantes.

Claro que es aterrador de alguna forma, “porque lo que vivimos a diario en el país es aterrador”, asegura José Darío Gutiérrez. A esto, Leonel Castañeda, uno de los artistas dice con contundencia: “aterrador es ver un partido de fútbol y que luego haya una masacre y nadie diga nada. Aterrador es ver cómo la gente se idiotiza con series que hablan de narcotráfico, prostitución y muerte. Eso sí es aterrador. Mi obra es una necesidad de compartir sentimientos, esto hace parte de mi proceso como artista que completa tres décadas”.

Carlos Castro y Christian Padilla. Fotografía:Catalina Bautista. 

Esa necesidad de incomodar a las personas y llevarlas a una reflexión de las realidades del país. Esas realidades se observan, por ejemplo, en una caja de dientes incompleta, detrás de esa caja está un habitante de calle que perdió todos sus dientes. O en una imagen del Divino Niño con cuerpos desmembrados, que traen a la memoria las llamadas “casas de pique”.  

Las obras se realizan con materiales y objetos que las personas van desechando a lo largo de la vida. Leonel Castañeda visita los mercados de las pulgas, pero los de verdad como dice él, con los habitantes de la calle y quienes recogen los desechos de la ciudad para crear sus obras.

Carlos Castro Arias, quien también participa en la obra, lleva más de diez años trabajando con materiales “fuertes” como los denomina. En la exposición tiene un papel de colgadura hecho con sangre de su familia. “Para mí significa algo afectivo, pero para otras personas puede representar algo muy distinto. Realmente me interesa que cada visitante saque sus propias conclusiones e interpretaciones”, señala Castro.

Quienes visiten Arúspices sin duda alguna tendrán un espacio de reflexión, de hacer varias interpretaciones y de ver cómo los huesos, la sangre, los dientes, los cuchillos decomisados, las pipas de bazuco y las cajas de dientes nos relatan alguna parte de la historia de Colombia y su realidad. 

Los artistas y sus motivaciones

Carlos Castro parte de la apropiación de imágenes históricas y de la recontextualización formal y simbólica de objetos encontrados. En su arte explora elementos de la identidad individual y colectiva donde da voz a historias no contadas y visión a puntos de vista ocultos.

Por otro lado, la obra de Leonel Castañeda gira en torno a un interés por el cuerpo y su vulnerabilidad. Su proceso se desarrolla a partir de numerosos encuentros donde coinciden en un mismo universo elementos de distintas procedencias, que devienen en símbolos y se cargan de significados.

Leonel Castañeda y Christian Padilla. Fotografía:Catalina Bautista.

 

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