El acelerado proceso de modernización del transporte en Colombia

Opinión
El acelerado proceso de modernización del transporte en Colombia
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Jueves, Agosto 29, 2013
El sector empresarial del transporte de pasajeros y de carga se encuentra en un proceso de modernización vertiginoso, que empezó claramente hace aproximadamente una década.
Fotografía: Tecnología en transporte-UJTL

El sector empresarial del transporte de pasajeros y de carga se encuentra en un proceso de modernización vertiginoso, que empezó claramente hace aproximadamente una década y que exige la incorporación de tecnología de punta, el énfasis en el servicio al cliente y la profesionalización de sus trabajadores. La Tadeo no es ajena a este proceso y por eso se encuentra estructurando su nuevo programa profesional en Administración del Transporte.

Tanto en Colombia como en casi todos los países latinoamericanos, el sector empresarial del transporte público se ha caracterizado por un importante atraso en comparación con otros renglones económicos. De hecho, la mayor parte de las modalidades transportadoras (quizás con las excepciones de los sectores marítimo y aéreo) se han caracterizado porque las denominadas ‘empresas’ no son las verdaderas prestadoras del servicio, sino únicamente cumplen una función de intermediarias entre el Estado y los propietarios de los vehículos y generan escaso o nulo valor agregado para el usuario final.

El esquema se ha basado entonces en la existencia de una gran cantidad de propietarios de los vehículos, en la conformación de un esquema empresarial fundamentado en la afiliación y no en la operación de la flota y, en general, en un modelo que desaprovecha las economías de escala y se presta de manera altamente ineficiente, con mala calidad del servicio y graves efectos para la sociedad por causa de la congestión, la contaminación ambiental y la accidentalidad. Y aunque este modelo pareciera insostenible, en nuestro país ha permanecido durante décadas gracias a continuos incrementos en la tarifa o a subsidios entregados por el Estado, así como por una reducción permanente de los costos, lo cual a su vez se refleja en desmejoramiento de la calidad, envejecimiento y deterioro de los vehículos y condiciones laborales bastante precarias para los conductores.

Sin embargo, desde hace más de una década han venido modificándose de manera importante las condiciones del mercado y las reglas de juego bajo las cuales opera el sector transportador, tanto por la necesidad de optimizar el papel de la distribución dentro de la cadena logística como a partir de los cambios en política pública para realizar la contratación o adjudicación del transporte de pasajeros por parte del Estado.

Quizás el hito más simbólico de este cambio fue el del Sistema TransMilenio, el cual modificó los incentivos para el sector empresarial a partir de un esquema de licitación de servicios, como una manera de buscar eliminar el esquema perverso que ha regido transporte público urbano colectivo durante más de 70 años. Con este esquema de contratación, los transportadores ahora dejan el esquema de luchar por el pasajero en la calle, para pasar a luchar por el derecho a prestar un servicio gracias a esquemas empresariales más eficientes: ofertando buses más modernos, con mejores estándares de operación y a precios más económicos.  Este modelo no sólo propició la conformación de grandes empresas operadoras, más organizadas y con alta aplicación de mejoras tecnológicas y economías de escala, sino que también recuperó la capacidad de control por parte de las autoridades locales gracias a unos parámetros contractuales mejor definidos.

Si bien hay críticas por la calidad del servicio en TransMilenio (que se deben más a mala gerencia por parte del Distrito que a ineficiencias en el sector privado), también es cierto que este sistema de transporte masivo se convirtió en un ejemplo a nivel mundial y ha sido el principal revulsivo para propiciar un cambio profundo en el transporte público en todo el país. No sólo por los 7 esquemas similares que se están implementando en varias capitales colombianas, sino porque su filosofía de contratación ha sido el modelo para la implementación de los Sistemas Integrados de Transporte (como el SITP de Bogotá) o los Sistemas Estratégicos de Transporte Público (como el SETP de Armenia, Santa Marta, Pasto y otras ciudades intermedias). Igualmente, este proceso de modernización ya está sirviendo como guía para procesos de cambio en la política pública de sectores como el transporte especial (escolar, empresarial y turístico) y el transporte intermunicipal de pasajeros.

En el transporte de carga se está gestando una transformación similar, que ha empezado por una modernización de sectores como los relacionados con la entrega de encomiendas a nivel nacional. Esa modernización necesariamente se verá acelerada por la implementación de políticas nacionales como la eliminación de la denominada ‘Tabla de Fletes’, lo cual seguramente conducirá hacia un sector más abierto a la competitividad y al incremento en la eficiencia y la calidad del servicio.

Nos encontramos entonces en unos años de profunda transformación del sector transportador, aspecto vital en un país donde la participación del transporte en el PIB nacional es superior al 7.7% -siendo el 4.2% correspondiente a los servicios de transporte y el 3,5% restante a inversión en obras civiles[1]-. Esto implica un gran reto para las más de 4.200 empresas registradas que se dedican específicamente a la actividad transportadora (ver Tabla 1), además de las decenas de miles que son generadoras de carga y que tienen dentro de sus actividades la de la movilización de sus mercancías. 



[1] Ministerio de Transporte, Informe Transporte en Cifras 2010.

  

Cuadro 1. Empresas transportadoras habilitadas por tipo de servicio en Colombia

Tipo de Empresa
Cantidad
Transporte de carga
2.525
Transporte especial
1.074
Transporte de pasajeros por carretera
528
Transporte mixto
151
Total
4.728

 Fuente: MinTransporte.

Para lograr esta  transformación se requiere cambiar el esquema de su operación de prácticas empíricas a operaciones cada vez más complejas, basadas en personal con conocimientos y competencias específicas en el desarrollo de la actividad transportadora y con una amplia vocación hacia la calidad y el servicio al cliente, de tal forma que le imprima a la empresa posibilidades de competir en un mercado cada vez más exigente en términos de seguridad, oportunidad y precio.

Por esa razón, la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano le apuesta a responder desde la academia a estos retos, mediante la creación de un nuevo programa de Administración del Transporte que ofrezca alternativas de formación profesional específica en este sector, brindándole al estudiante las herramientas para comprender y analizar esta actividad y que contribuya en la formación de líderes de este proceso de cambio, tan necesario para incrementar la productividad y competitividad de un país que se mueve aceleradamente hacia un modelo de globalización. 

 

 Germán Alfonso Prieto Rodríguez

Decano (e) Tecnología en Gestión del Transporte

 

 

 

 

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