CLAUDIO MONTEVERDI,  MAESTRO DE LAS ARTES VOCALES

El año 2017 marca el aniversario número 450 del nacimiento del gran Claudio Monteverdi (1567-1643). El maestro de Cremona es, sin lugar a dudas, una de las figuras más innovadoras de todos los tiempos.  Su creatividad puede ser mencionada con la de otros compositores que, al igual que él, lucharon contra sociedades conservadoras para inmortalizar su obra. Recordemos a Ludwig van Beethoven, Hector Berlioz y a Wolfgang Amadeus Mozart, quien en su madurez desafió las convenciones musicales de su tiempo sin importarle lo que podría ocurrir en su vida personal.

Monteverdi nació en una ciudad que por siglos ha sido considerada un verdadero momumento de la música y, en particular aquella relacionada con los instrumentos de cuerda. En la imponente catedral de Cremona el joven músico conoció las bases de la composición vocal;  su primera serie de motetes, compuesta a la temprana edad de 15 años, marcaba ya el destino que años más tarde llevarían su nombre a la gloria.  De Cremona el maestro viajó a la cercana Mantua como empleado de la corte de los Gonzaga. Allí Monteverdi trabajó arduamente y nace entonces el primero de nueve libros de madrigales los cuales en nuestro tiempo representan, además de un legado musical de imneso valor, una biografía en música en donde se oberva el desarrollo histórico de la melodía y la armonía.

Monteverdi  toma el madrigal, una forma musical en decadencia en su tiempo, lo innova a través del uso de bellos textos escritos por grandes poetas y le brinda una infinidad de colores y texturas. Su obra fue siempre considerada moderna.  El efecto Monteverdi pronto llegó a diferentes ciudades, no sólo italianas y, en poco tiempo se establecieron importantes grupos de admiradores y detractores del maestro de las artes vocales.

Uno de los años de mayor relevancia en la vida de Monteverdi fue 1607, La fábula de Orfeo, semidios de la música, cobró vida en la mencionada corte de los Gonzaga. Si bien Orfeo no fue la primera obra musical para la escena, es considerada como la verdadera primera composición que merece el título de ópera. En Orfeo encontramos una proporción perfecta entre texto y música, los primeros ejemplos de aria, duetos y escenas corales y la oportuna inclución de la danza como medio dramático.  Esta teatralidad la encontramos también en los libros de madrigales a los cuales ya hemos hecho referencia y en particular en el octavo libro.  En éste, Monteverdi combina las voces con una instrumentación que resalta las emociones del texto.  A nuestro tiempo llegan reportes de público en lágrimas durante las audiciones del Baile de las ingratas e “ Il combattimento di Tancredi e Clorinda”, pequeñas joyas musicales.

Monteverdi vivió en su madurez en Venecia y actuó como maestro de capilla en la catedral de San Marcos. Allí deleitó a los habitantes de La serenissima, con toda clase de experimentos sonoros en su música religiosa que hoy podríamos comparar con la estereofonía y la cuadrofonía, aprovechando la magnífica acústica que ofrecen los diferentes espacios de San Marcos.  También compuso una gran cantidad de óperas las cuales desafortunadamente desaparecieron en un dramático incendio.  Para la posteridad quedaron El retorno de Ulises a la patria y la Coronación de Popea. En su última ópera, año 1642, el maestro nuevamente hace historia presentando un drama que incluye personajes reales que aman y odian y , como cosa curiosa, el final de la composición presenta un sublime dueto de amor interpretado por Nerón y Popea, diríamos hoy los malos de la ópera.

En el mes de marzo en El encanto de la ópera, presentaremos la música de Monteverdi: sus óperas,  madrigales,  motetes y por supuesto diferentes aproximaciones a una de sus obras maestras: Las vísperas de la Beata Virgen. Así mismo en el programa Música Nocturna, lunes a viernes, 11 de la noche, las obras de la música que hicieron historia "De Monteverdi a Stravinsky".