GLENN GOULD, EL ALQUIMISTA

90 años

“Me río al escuchar a la gente decir que soy excéntrico. Espero que lo que se ha llamado mis excentricidades personales, no impida apreciar la verdadera naturaleza de mi forma de tocar. Es cierto que llevo casi siempre uno o dos pares de guantes, que a veces me descalzo para tocar, y que otras, durante un concierto, alcanzo tal grado de exaltación que parece que toco el piano con la nariz. Pero no se trata en absoluto de excentricidades personales, sino tan sólo de las consecuencias visibles de una actividad sumamente subjetiva”.

Bruno Monsaingeon, Glenn Gould, No, no soy en absoluto un excéntrico

Editorial Acantilado, 2017. Traducción de Jorge Fernández Guerra

El 25 de septiembre se cumplieron 90 años de nacimiento del pianista canadiense Glenn Gould, figura musical del siglo XX. Posiblemente la expresión que mejor define el arte de este pianista canadiense es el título de un documental de 1974 titulado: Glenn Gould, el alquimista, dirigido por Francois-Louis Ribadeau con guión de Bruno Monsaingeon, donde el maestro va contando todos los detalles de su arte, que es una síntesis de su trabajo de orfebrería en las salas de grabación, en las famosas cintas de carrete abierto.

Glenn Gould nació en Toronto en 1932 y falleció en esta misma ciudad el 4 de octubre de 1982, de tal forma que también se están cumpliendo 40 años de su fallecimiento. Formado en una familia de músicos ofreció su primer recital en 1945 interpretando el órgano y dos años más tarde ofreció su primera ejecución pública interpretando el piano con la Orquesta Sinfónica de Toronto. En 1955 el sello Columbia Masterworks le ofreció grabar su álbum debut en Nueva York con su primera versión de las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach, disco merecedor de un lugar de honor en cualquier historia de la fonografía, con una portada nada formal en la que Gould es retratado en su particular estilo de interpretación con el que transformó la visión de la obra de Bach.

El 10 de abril de 1964 tocó en público por última vez en los Ángeles y anunció su retiro de la escena internacional cuando era una figura reclamada por el público y la crítica en las salas de concierto. La explicación que ofreció se puede dividir en dos: el hastío por la interpretación en directo y su concepción de que el público ubicado en una última o primera fila de una sala de conciertos no podía apreciar de forma detallada una determinada obra y que la música se preservaba mejor en la intimidad.

Nos recuerda el crítico Ramón del Castillo a propósito de todo el proceso de grabación que inició el pianista: “Cuando Gould se lanzó a grabar como loco, el disco ya no era un testimonio de algo inefable, una copia aproximada de un original. La fonografía empezaba a ser un arte en sí mismo y el oyente no compraba un disco pensando que debía conformarse con un sucedáneo. Oír música por la radio o en un disco podía transformar su vida sin necesidad de visitar ningún templo sagrado de la música. Gould no era ningún excéntrico. Sabía muy bien lo que hacía cuando trató de controlar todo lo posible la producción y posproducción de una grabación. Lo divertido es que su modo de trabajo era inseparable de un montón de ideas que iban mucho más allá del fenómeno estrictamente musical. Su principio más divertido y profundo (la take-twoness) era toda una defensa de la repetición. Musicalmente, el principio significaba que una obra no es más auténtica si se interpreta de un tirón o si no se edita mucho en la mesa de sonido. Gould concebía sus interpretaciones negando las dos cosas, la linealidad y la irreversibilidad”.

Su repertorio abarcó desde Bach hasta Schoenberg y desde Beethoven hasta Shostakovich. Sin embargo su legado con la obra de Bach pasó a la historia como un patrimonio. Sus grabaciones son verdaderos puntos de referencia y hay que tener en cuenta que este pianista era muy inclinado a los aspectos del contrapunto y Bach era su maestro. Las grabaciones en vivo que realizó de los conciertos para piano y orquesta de Bach junto a Leonard Bernstein son referentes obligados para los grandes maestros.

Ícono y maestro de la interpretación y la concepción del piano en el siglo XX, falleció de un infarto cerebral en 1982.

Hay que recordar que en 1993 se realizó una película sobre él titulada: Treinta y dos películas cortas sobre Glenn Gould, dirigida por Francois Girard, donde explora las ideas, las pasiones y la música en 32 viñetas que abarcan la vida del pianista.

Recordamos otro aparte del libro No soy en absoluto un excéntrico publicado en su versión castellana por la editorial Acantilado en 2017: “El objetivo del arte es la construcción progresiva, en el transcurso de una vida entera, de un estado de asombro y serenidad”

En el programa Concierto, amigos de la HJUT, lunes a viernes, 11:00 am, recordamos algunas de las grabaciones realizadas por el pianista Glenn Gould. El programa festivo del 17 de octubre también estará dedicado a este maestro canadiense y su legado.

Orlando Ricaurte López

Comité Editoral, Emisora HJUT 106.9 FM

Universidad Jorge Tadeo Lozano