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Seiji Ozawa, homenaje póstumo

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Seiji Ozawa, homenaje póstumo
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Viernes, Marzo 1, 2024
Música Nocturna, lunes a viernes, 11:00 pm

SEIJI OZAWA 1935-2024

 

Se ha anunciado la muerte, hace unos días, del legendario músico Seiji Ozawa, uno de los últimos representantes de una tradición de directores de orquesta que está desapareciendo de a pocos. Esto se dice porque muchos consideran que, aunque hay buenos directores, ninguno está a la altura de los místicos intérpretes de ayer.

 La verdad es que la profesión de director de orquesta es relativamente reciente, ya que, hasta la época del clasicismo, los compositores solían dirigir sus obras con orquestas que solo tenían una fracción del número de las grandes sinfónicas de nuestros días. Quizás el primer director de orquesta importante fue Hans von Bulow, quien se enfrentó a las necesidades interpretativas de obras como las de Brahms y Wagner. Hay que agregar otro nombre célebre: el del judío Hans Richter, quien debió haber sido tan bueno que Wagner, famoso por su antisemitismo, le encomendó el estreno de su ópera mística Parsifal. Siguieron Arthur Nikisch quien, al frente de la Filarmónica de Berlín, fue uno de los primeros en grabar en discos sinfonías de Beethoven y Mahler, quien en sus tiempos fue más conocido como director que como compositor. Después de ellos siguieron figuras como Furtwängler, Bruno Walter, Toscanini, Monteux, Weintgartner y otros hasta llegar, ya muy cerca de nosotros, a Bernstein y Karajan. Después de los citados, como se dijo, siguen buenos directores pero no figuras de leyenda.

 Seiji Ozawa fue discípulo de los últimos mencionados. Aunque considerado japonés, Ozawa curiosamente había nacido en China, en esa época ocupada por Japón. Tuvo una carrera musical vertiginosa en la cual trabajó en las orquestas más prestigiosas del mundo, incluida la de Boston, que dirigió por casi treinta años. Fue además campeón de muchos músicos contemporáneos, de los cuales hizo conocer su obra, y su labor didáctica, en la cual formó a innumerables músicos, también es destacable.

 Afortunadamente, como legado suyo quedan innumerables grabaciones fonográficas que cubren casi toda la historia de la música, desde los clásicos (e incluso algunos barrocos) hasta las más complicadas creaciones contemporáneas. Quienes lo conocieron hablan de su sentido de gentes y de la forma como amaba la música que a través de él llegaba a un auditorio fervoroso. Con Ozawa desaparece toda una tradición, de la cual no se ve que haya sucesores a la vista.

 

 

 Manuel Drezner

 Musicólogo y Columnista Diario El Espectador