¿Están nuestras costas preparadas para afrontar una emergencia causada por tsunamis? ¿Qué medidas deben tomarse ante un desastre natural como este? El director del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de Utadeo, Andrés Franco, junto con el teniente de navío Julio Cesar Monroy, jefe del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe (CIOH), participaron en el conversatorio “Los Tsunamis y su incidencia en la Región Caribe”, organizado por la Fundación Museo del Mar y Mundo Marino, el pasado 19 de septiembre, en la ciudad de Santa Marta, a propósito de la celebración del Día mundial de las Playas.
Según los expertos, ni la ciudad de Santa Marta ni las playas del Caribe están preparadas para responder a la ocurrencia de un tsunami, pues no hay un sistema de alertas ni de información básica que oriente a la comunidad sobre los posibles puntos de evacuación.
Franco aseguró en este espacio que no puede desconocerse que en el Caribe se presenta una actividad sísmica considerable, y que hay zonas donde las placas como Costa Rica, Cuba y las Antillas menores chocan permanentemente: “Estos son sistemas activos en términos volcánicos y sísmicos. De acuerdo a las simulaciones, de registrarse algún tsunami en la Región Caribe tendríamos entre una a dos horas de reacción para adoptar los planes de evacuación”, puntualizó el tadeísta en Hoy Diario del Magdalena.
El director de Utadeo Santa Marta rescató el esfuerzo del gobierno nacional por implementar sistemas de monitoreo y centros de alertas por parte de la Armada Nacional, pero aún es necesario que, de la mano con las universidades y las entidades públicas, se continúe avanzando en la mejora de estos dispositivos: “Yo seré feliz y moriré en paz el día en que yo vea al menos en Santa Marta los letreros con los avisos que informen sobre cuáles son las rutas y los puntos seguros si se presenta algún tipo de tsunami”, finalizó Franco.
El pasado 19 de junio, una onda de tsunami se registró en la zona costera de Ciénaga, Puebloviejo y Tasajera (Magdalena), generando una gigantesca e inusual ola que anegó las calles de la población.