Luego que las predicciones apocalípticas acerca de que el mundo se acababa el 23 de septiembre no se cumplieran, rumor propagado especialmente por las redes sociales, el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón, en su columna de opinión publicada el 27 de septiembre en El Nuevo Siglo, bajo el título de “El mundo no se acabó”, advierte que dichas teorías fatalistas son insensatas, pues los desastres, como el ocurrido en México, han sucedido desde tiempos inmemoriales.
Agrega, además, que estas oleadas alarmistas en las que se menciona el choque de un asteroide contra el planeta, provocando la extinción de la vida, no sucederán hasta que el sol se enfríe y deje de iluminar, situación que podría ocurrir en más de un millón de años.
Sin embargo, el columnista espera que este tipo de alarma consolide la solidaridad y cancele el sectarismo religioso que afecta al mundo, al tiempo que los haga conscientes del desgaste que el hombre está infligiéndole al planeta.
“Indudablemente el planeta se viene desgastando con la utilización de combustibles que liberan energías negativas, afecta la contaminación originada en la combustión de carburantes fósiles como el petróleo y sus derivados, el carbón, la leña y el gas natural, la tala de bosques, el agotamiento del agua, secar manglares, ensuciar extensas zonas, botar basuras radioactivas, el presidente de los Estados Unidos se equivoca al afirmar que no hay calentamiento en el orbe, propiciamos la extinción de especies animales y vegetales”, señala el consejero.
Citando a Stephen Hawking, Pinzón resalta que la humanidad está obligada a abandonar la tierra antes que se autodestruya en cien años, dado el mal empleo que esta ha hecho de los avances científicos y tecnológicos, que se han traducido en guerra nuclear, sobrepoblación, calentamiento global y virus.