Acciones del Gobierno propagan el incendio social que vive el país
“Colombia es un polvorín”, es el comentario que, de manera crítica, hacen algunos analistas internacionales en torno a la situación social y política que vive actualmente el país. La situación no es para menos, dice en su columna de opinión en El Espectador, el exrector y consejero de Utadeo, José Fernando Isaza, quien sugiere que el actual Gobierno está apagando el incendio con gasolina.
Ello se evidencia, de acuerdo con el columnista, en la situación de orden público que experimenta el país, sumado a una posible confrontación en la frontera con Venezuela, las amenazas de fumigación con veneno a los campesinos y a sus cultivos y el mensaje que reciben los partidos de oposición en torno al uso de los organismos de control para evitar la participación de sus candidatos en las elecciones presidenciales.
“La firma del acuerdo Gobierno-Farc no conllevó automáticamente a la paz, pues quedaban otros grupos armados ilegales, narcotraficantes, explotadores ilegales de oro y coltán, pero redujo los asesinatos y los secuestros. El camino era continuar buscando el desarme o sometimiento de las estructuras ilegales. Se hizo lo contrario, se buscó torpedear las instituciones creadas para lograr la verdad, la reparación y la no repetición de los hechos violentos”, asevera Isaza.
Hoy es noticia diaria el asesinato a desmovilizados de las Farc, en un claro mensaje a los grupos ilegales en torno al no respeto de los acuerdos, más aún cuando miembros del Ejército Nacional han estado involucrados en estos hechos.
“La inoportuna frase del presidente al llamar “gallardo” el comportamiento de la Policía el día que se torturaron y asesinaron civiles se puede interpretar como una justificación de su accionar. La respuesta del comandante del Ejército ante los resultados de la investigación de la JEP sobre los 6.402 asesinatos de civiles inermes por miembros del Ejército parece avalar la tesis de que lo censurable no son los asesinatos, sino que se divulguen. Causan estupor las declaraciones del ministro de Defensa al decir que 6.402 es una cifra que busca crear una imagen negativa de las Fuerzas Armadas, que acepta la cifra oficial inicial de 2.400, como si estos fueran tolerables”, agrega.