Colombia debe mirar hacia la Reserva de Biósfera Seaflower
La semana pasada, el Senado de la República aprobó el Plan Nacional de Desarrollo propuesto por el presidente Iván Duque, en el que se hacen referencias generales a la protección ambiental. Sin embargo, el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón, en su columna de opinión en El Nuevo Siglo, asegura que se debe ver con especial detenimiento la situación de la Reserva de Biósfera Seaflower, declarada patrimonio por la Unesco, y un punto estratégico para Colombia, pues forma parte esencial del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en un momento coyuntural para nuestro país, pues las demandas de Nicaragua suponen la parcelación de esta reserva.
“La Universidad de los Andes adelantó una juiciosa investigación y la Tadeo Lozano desarrolla un trabajo de consultoría en conjunto con entidades idóneas, respecto de la relación de diseño, turismo sostenible y preservación patrimonial en el archipiélago, con base en el parque “Old Point,¨ en la isla de San Andrés, analizando comunidades de bosques manglar y de algas, lagunas de aguas saladas tropicales que contienen diversidad de flora y fauna, de peces, aves, crustáceos, moluscos y reptiles”, precisa Pinzón, a propósito del trabajo adelantado por investigadores de la Escuela de Diseño de Producto de Utadeo, en torno al diseño de experiencias ecoturísticas en ese lugar.
En su texto, Pinzón nuevamente hace un llamado al Congreso para que adelante el debate que adeuda en torno a la sentencia que la Corte de la Haya profirió hace siete años, al tiempo que recordó que las pretensiones del país centroamericano carecen de racionalidad alguna.
También enfatizó que es necesario tomar acciones políticas y cívicas urgentes que lleven a la conservación de los paisajes, especies, variaciones genéticas y que fomenten el progreso económico y humano sostenible, sociocultural y ecológico, en un momento donde la degradación ocasionada por los residuos y las basuras ponen en riesgo el ecosistema insular: “La política reducida a lanzar gritos estridentes, a pronunciamientos gaseosos, al manejo de clientelas y a la repartición de dádivas a nada conduce, hay que elevarla, construir un gran plan para la biósfera sin aceptar ninguna nueva sentencia inaplicable de la Corte Internacional de Justicia contra Colombia. Esta es buena causa, empeñémonos en sacarla adelante”.