El Espectador publica crónica de la estudiante Juliana Collazos sobre trabajo sexual en Medellín
“Vendedora de amor todos me dicen, sabiendo que de amor no queda nada. La vida fácil es una mentira. Solo llevo una vida desdichada”. Mujeres vestidas con faldas cortas, medias de malla y escotes amplios que conviven entre la calle 51 y la Avenida Carabobo en Medellín, son las protagonistas de la crónica de Juliana Collazos Pinto, estudiante del programa de Comunicación Social – Periodismo de Utadeo: “La resistencia de las Guerreras del Centro de Medellín”, publicada por el portal web de El Espectador, en una radiografía de lo que es, hoy día, el trabajo sexual en Colombia.
“Del trabajo sexual en Colombia no se sabe mucho. Hay quienes hablan de 20.000 mujeres que ejercen el trabajo sexual en el país. Por su parte, en la Corporación Guerreras del Centro, se cree que pueden ser alrededor de 27.000 mujeres que ejercen este oficio”, indica Collazos.
Y es que, como lo resalta la tadeísta, si bien el trabajo sexual es legal en nuestro país, este aún no se encuentra regulado a través de políticas públicas que dignifiquen, protejan y reconozcan su labor.
Así es como nace Guerreras del Centro, una corporación que pretende resignificar la labor de las trabajadoras sexuales en la capital antioqueña, a través de expresiones artísticas como el baile, la poesía, la actuación, la marroquinería y la tejeduría. Actualmente se encuentra constituida por ocho mujeres.