Dados sus atributos relacionados con la prevención y atención de enfermedades, los alimentos funcionales se encuentran en pleno boom de la industria alimentaria en Colombia, aunque, como lo sostiene la profesora tadeísta Martha Tarazona, del Departamento de Ingeniería, nuestro país aún no cuenta con protocolos ni con un marco normativo que los regule. Precisamente, los desarrollos que esta tadeísta ha llevado a cabo en los últimos cinco años, de la mano de sus estudiantes en la asignatura de Desarrollos de Producto, fue destacada por la sección Vida de El Tiempo, artículo que inicialmente fue publicado por la Revista Expeditio de nuestra Universidad.
Como lo señala el medio de comunicación, un alimento funcional es aquel que presenta un componente bioactivo que cumple una función saludable en el organismo, ya sea porque este elemento ya está presente, tal como la fibra en la avena, se busca aumentar su disponibilidad o se puede reemplazar un componente que presenta efectos adversos en la salud, como sucede con la cafeína o la lactosa.
“Es importante conocer cómo y por qué alimentarse bien para mantener una alimentación balanceada desde el punto de vista funcional del organismo, pues de este modo se pueden lograr el control y la prevención de algunas enfermedades”, indica Tarazona al medio.
En el laboratorio, los tadeístas desarrollan estos alimentos como si fueran a salir al mercado, a tal punto que allí se han gestado algunos emprendimientos, entre ellos el de Alejandro Gil, quien propone un portafolio de alimentos donde el cacao es el protagonista y los campesinos del Catatumbo, que lo cultivan, son los beneficiarios, demostrando con ello que los alimentos funcionales también tienen un enorme reto en torno a la solución de los grandes retos de seguridad alimentaria que existen en el mundo: “Recientemente, Tarazona y un grupo de estudiantes, en asocio con la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), desarrollaron un producto compuesto por aguacate Hass apanado, disponible en sabores dulce, salado y picante, el cual busca incentivar el cultivo de este fruto en lugar de siembras ilícitas como la coca”, agrega el medio.
