La diplomacia, una labor delicada que implica moderación
Como un ejercicio delicado, que implica moderación en pro de velar por los intereses del Estado ante otros estados u organismos, es la labor que lleva a cabo quienes ejercen la diplomacia en el mundo. Esta es la reflexión que hace el presidente del Consejo Directivo de Utadeo, Jaime Pinzón, en su más reciente columna de opinión en El Nuevo Siglo, a propósito del llamado de atención que, recientemente, hizo el Papa Francisco a sus 98 nuncios activos. En dicha reunión, el Sumo Pontífice pidió no hacer críticas a sus espaldas, así como abstenerse de hacer comentarios inoportunos.
“Su advertencia reviste trascendencia, en ocasiones ellos comentan equivocadamente con colegas o políticos sucesos, agregan opiniones personales mal interpretadas posteriormente. La diplomacia vaticana ha sido pieza clave en históricos acuerdos en diferentes lugares, la distención entre Estados Unidos y Cuba, la caída del muro de Berlín, la democratización de la Europa del Este, su actitud frente al conflicto palestino-israelí, en la guerra centroafricana, en el proceso de paz colombiano, en la defensa de los derechos humanos, son hechos imposibles de desconocer, no es acertado debilitarla”, argumenta el columnista.
Aunque asegura que las discrepancias al interior de un Estado como El Vaticano no son nuevas ni tampoco serán las últimas, advierte que la práctica diplomática radica en la generación de información fidedigna en pro de disminuir las fricciones y fomentar las buenas relaciones, la concordia y la paz mundial.
En ese sentido, Pinzón exalta el papel que ha tenido el Papa Francisco ante los señalamientos que algunos miembros de la Iglesia le han hecho sobre su posible encubrimiento a los abusos de pedofilia, aún cuanto este ha sido el que adelanta una valiente campaña para investigar y sancionar a quienes han cometido estos delitos.