Las celebraciones cristianas y su relación con los calendarios solares y lunares
A propósito de la Semana Santa que acaba de pasar, en su más reciente columna de opinión en El Espectador, el consejero y exrector de Utadeo, José Fernando Isaza, reflexiona en torno a la génesis de las fiestas cristianas, especialmente las de Navidad (nacimiento de Cristo) y su resurrección.
“Siguiendo las costumbres de los pueblos del Medio Oriente y la Roma imperial, las fechas de estos acontecimientos se ajustan a los calendarios solares y lunares; se honra a la principal deidad, el Sol, y a su esposa, la Luna. Estas deidades tienen también un papel protagónico en las culturas americanas: las principales pirámides de los aztecas se erigieron en honor al dios Sol y la diosa Luna”, destaca Isaza.
Así pues, la Navidad se ajusta al solsticio de invierno, en honor al Sol: la luz triunfa sobre la oscuridad, mientras que Semana Santa se rige por el calendario lunar: “Se fijó el Domingo de Resurrección como el primer domingo después de la luna llena que sigue al equinoccio de primavera. Esta fecha se modifica cada año, lo cual dificulta la programación de las vacaciones”.