"Lo que las iglesias llaman pecado algunos gobiernos lo convierten en crimen"

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"Lo que las iglesias llaman pecado algunos gobiernos lo convierten en crimen"

Utadeo en los Medios
"Lo que las iglesias llaman pecado algunos gobiernos lo convierten en crimen"
Jueves, Julio 25, 2019
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En su columna de El Espectador, el consejero de Utadeo, José Fernando Isaza, destacó que las medidas tomadas por el Gobierno para desestimular el consumo de drogas han sido mediocres a la hora de obtener resultados, pues se han centrado en la popularidad y no en la eficiencia.
Fotografía: Oficina de Comunicación

Ante las medidas tomadas por el Gobierno nacional para desestimular el consumo de drogas, especialmente lo que concierne a la dosis personal, en su más reciente columna de opinión en El Espectador, el consejero y exrector de Utadeo, José Fernando Isaza, sostiene que dichas regulaciones han mostrado mediocres resultados, pues se han centrado en la popularidad y no en la eficiencia en la búsqueda de objetivo.

Por ejemplo, expone el directivo, en las monarquías absolutistas se desestimuló el café en sitios públicos, pues se creía que allí se reunían los conspiradores. Otro de los casos es la prohibición del alcohol en los Estados Unidos que estimuló la proliferación de las mafias y la violencia: “hoy en sus ciudades los casinos hacen parte del paisaje, antaño eran camuflados y su operación corría a cargo de las mafias que sobornaban a los políticos y a la policía. La prostitución no desapareció ni disminuyó mientras estuvo prohibida con sanciones penales. Lo que las iglesias llaman pecado algunos gobiernos lo convierten en crimen, propiciando así la corrupción y la violencia”.

Estos, dice Isaza, son tan solo algunas muestras de políticas públicas vacías de resultados que, en lugar de solucionar los problemas de la comunidad, causan perjuicios.

En Colombia, las medidas tomadas por el presidente Duque han mostrado ser de este talante, pues, entre octubre del año pasado y el mes de julio de este año, solo se han incautado 238 kilos de drogas: “Los resultados muestran que se decomisan cerca de 70 gramos diarios de droga “dura”. O las cifras están mal o el resultado es casi risible. No puede deducirse que el decomiso de un gramo de un alucinógeno evita que alguien lo consuma; simplemente lo obtiene de otra fuente”.

Lo anterior demuestra que la política pública ha demostrado escasos resultados y es débil a la hora de controlar a los mayoristas o minoristas de la distribución de drogas, quienes son realmente los que ejecutan la conducta criminal.

Lea la columna de opinión completa en el portal web de El Espectador 

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