"A los bogotanos nos cuesta mucho acostumbrarnos a la vida parsimoniosa, porque somos hijos del caos"
"Las grandes ciudades son colonias de abejas llenas de millones de alas volátiles que mueven con frenesí entre el tráfico, y los edificios de concreto". Así comienza su columna la estudiante Rubio, quien describe las sensaciones que genera salir de Bogotá un fin de semana con festivo.
"La Capital es una mujer soberbia que amarra con fuerza a sus habitantes entre las faldas de sus montañas", pero unos kilómetros más adelante y con el pasar de las horas se extraña el frío, el bullicio y la inmensidad.
Su magia nos hace regresar, porque "Bogotá es tan egocéntrica y libertina, nos deja ir a amar otras ciudades porque sabe que vamos a volver".