¿Quiere saber cómo se dio la colonización antioqueña?
En un relato sobre la vida de sus bisabuelos, de sus abuelos y de Padua (Antioquia) se concentra la trama del más reciente libro de William Ospina, titulado “Guayacanal”. A partir de esta publicación, que fue lanzada en junio de este año, el consejero y exrector de Utadeo, José Fernando Isaza, en su columna de opinión en El Espectador, reflexiona sobre los procesos de colonización antioqueña impulsados por el cultivo del café que, especialmente, tienen su asiento en la vertiente del río Magdalena.
Una de las principales razones que esboza Isaza para los procesos de colonización en ese departamento se desprenden de la influencia de la religión, principalmente en la zona que corresponde a la vertiente del Cauca, lugar en el que convergen los rosacrucistas, espiritistas y masones.
“La arquitectura de la colonización cafetera se ha conservado en la vertiente del Cauca; a pesar de algunas demoliciones, aún se preservan en el centro de Salamina casas de la época. Los altorrelieves del maligno en los hogares de Riosucio y Salamina y el Carnaval del Diablo, más que un culto satánico, son una forma de alejar el mal. Si los espíritus buenos, por ser buenos, no deben atacar a los humanos, los malos sí; y qué mejor para apaciguarlos que mostrarles respeto y organizarles algunos festejos”, sostiene el columnista.
Por su parte, dice, un espíritu más libre de los colonos se da principalmente en Líbano, gracias, en parte, a la influencia del bolchevique Partido Socialista Revolucionario que inspiró la insurrección de más de 300 campesino el 29 de julio de 1929, considerada como la primera de su tipo en América Latina.