Un análisis histórico a la descentralización del poder económico y político en el país, tras 122 años de imposición del autoritarismo conservador que erigió un débil Estado centralista, es el tema que aborda el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su columna de opinión en El Espectador. Según el columnista, en otrora, eran los estados soberanos los que recaudaban impuestos y los asignaban de acuerdo a sus necesidades. Hoy, por el contrario, la institucionalidad de los departamentos y sus municipios es débil, en la medida que estos se convirtieron en “pordioseros del centro político”.
Kalmanovitz afirma también que la Constitución de 1991, si bien estableció un Sistema General de Regalías, los recursos fueron entregados con etiquetas para que los entes territoriales no pudieran elegir su destino: “Lo que verdaderamente cambió la estructura y dinámica de la descentralización fue la elección de alcaldes a partir de 1986, que animó la vida municipal y otorgó autonomía y algunos recursos fiscales a los municipios más ricos, mientras que los gobernadores disponían de unos recursos raquíticos”, sostiene el columnista, quien afirma que estas dinámicas han favorecido al clientelismo y a la corrupción, en un momento donde la asignación de regalías, en muchos casos, se hace a dedo o sin criterio técnico.
Frente a las propuestas de los candidatos presidenciales, el tadeísta sostiene que Iván Duque solo enuncia el problema pero no provee soluciones claras: “sus ideas de congelar el impuesto predial por tres años, oponerse al nuevo catastro y devolver impuestos a los ricos implica un violento constreñimiento de los recursos disponibles para la descentralización”, añade.
Por su parte, sostiene que Vargas Lleras hace una propuesta técnica muy buena pero contraria al actuar de clientelismo corruptor de su partido. En tercer medida, Fajardo propone debilitar el clientelismo e incentivar la meritocracia, “otorgando más recursos a los entes con enfoque territorial y apoyando desde el centro el nuevo catastro”, en parte gracias a la experiencia que tuvo como gobernador, mientras que Petro sugiere una reforma integral y progresiva al impuesto predial que aporte mayor autonomía a los entes territoriales.
