¿Se debe cerrar el templo luciferino?
A propósito del debate suscitado por el posible cierre del templo luciferino en Quimbaya (Quindío), el exrector y consejero de Utadeo, José Fernando Isaza, en su columna de opinión en El Espectador, hace una reflexión en torno al carácter dual que siempre han tenido las divinidades, entre ellas Dios y Lucífer en la mitología judeocristiana.
Para el consejero es claro que la figura de Dios, invocada desde la Biblia como el comandante supremo de los ejércitos, es vista como el principal resorte para conquistar territorios, en el caso de los judíos, más no lo es para los pueblos que, a filo de espada, fueron conquistados. Dicha divinidad, más bien, se percibe como un ser maligno.
“Algunos relatos mitológicos asocian a una misma divinidad la bondad y la maldad; la eterna lucha entre el bien y el mal es un conflicto interno (…) Las pocas referencias del demonio en la Biblia no lo presentan como un ser completamente derrotado por el Dios creador”.