Siguiéndole los pasos al Perseverance
Luego de que llegaran a la superficie de Marte las sondas espaciales de China y de Emiratos Árabes, recientemente el robot Perseverance, de la misión estadounidense, también hizo el amartizaje. En su columna de opinión en El Espectador, el consejero y exrector de Utadeo, José Fernando Isaza, señala que ello evidencia que los tiempos de viaje son sensiblemente iguales, por lo que, cada 778 días, se da la posición óptima para el lanzamiento de naves espaciales. La próxima ocasión ocurrirá dentro de 2,13 años, a partir del 31 de julio de 2020.
“La menor distancia Tierra-Marte es de 78,3 millones de kilómetros y la mayor es 377,5 millones de kilómetros, que ocurre cuando están alineados Marte, el Sol y la Tierra. Podría pensarse que las trayectorias de los vehículos espaciales se diseñan buscando la menor distancia entre los planetas, pero no es así. Al contrario, la trayectoria es una elipse cuyo eje mayor corresponde al máximo alejamiento de los planetas (377,5 millones de kilómetros) y el recorrido total del vehículo espacial es de 577 millones de kilómetros. La ventana de lanzamiento se presenta cuando la posición Tierra-Marte es tal que en el momento en que la nave llegue al otro extremo de la órbita marciana este planeta se encuentre en la misma posición que el cohete”, destaca el columnista.
Así, explica Isaza, la idea es que, una vez sale la nave de la zona de influencia gravitatoria de la Tierra, el vehículo espacial no requiere combustible, pues opera mediante la fuerza gravitatoria del sol. Pese a la optimización de esta fuente de energía, aún los sistemas más avanzados requieren de 12 kilogramos de combustible por cada kilogramo que se pone en órbita.
