Boletín Abril 2021

El 6 de abril de 1971 fue un día particularmente triste para el arte en general. El amado maestro, Igor Stravisnky, cerraba los ojos en su apartamento de la quinta avenida en Nueva York. A pesar de la avanzada edad en que se encontraba, las graves enfermedades que lo afligían, el desfile de silla de ruedas, el oxígeno y los mejores médicos, su fallecimiento resultaba ser algo impensable. Stravinsky era, para los amantes de la música, una figura inmortal.

50 años después de su muerte, el legado del maestro ruso, es tan actual como el de Johann Sebastian Bach, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. Su obra es un compendio que nos lleva a un mundo sin ayer, hoy o mañana, en otras palabras, sus creaciones contienen una música universal como lo es la del Cantor de Leipzig, quien sin pensarlo, estando en el apogeo del período barroco, anticipó la sobriedad del clasicismo, el ímpetu del romanticismo, y la disonancia del Siglo XX, sin dejar atrás las formas musicales que surgieron en el renacimiento. Más allá de la grandeza y originalidad de sus ballets Petrushka (1911), La Consagración de la Primavera (1913), El Pájaro de Fuego (1910) y la ópera Edipo Rey (1927). Stravinsky fue el más contemporáneo entre los músicos de su época, con un lenguaje artístico en constante evolución. Él era un ávido lector, hasta el punto que era casi imposible regalarle un libro. Sus amigos más cercanos decían que en Stravisnky se reunían las personalidades de Voltaire, Gogol, Bernard Shaw y el economista y matemático, Oskar Morgenstern. La conversación de Stravisnky, llena de fabulosas anécdotas, tenía lugar en francés, alemán, ruso e inglés. Como ser humano, el maestro, a pesar de mantener una vida social activa, rodeado de admiradores, fue un creyente del amor. Su relación con su esposa, la bailarina Vera de Bosset, fue apasionada y tierna. Vera fue su razón para vivir. La belleza de Vera y su comportamiento, a veces infantil, representaba para Stravinsky un constante renacimiento emocional.

La fidelidad en la amistad era también esencial en la vida del compositor. Una muestra de lo dicho la encontramos en el director y pianista Robert Craft, admirado por Stravinsky por su constancia y brillante inteligencia. El resultado de esta amistad profunda que duró más de 30 años, es la serie, publicada por la casa Sony, de la obra completa de Stravisnky. Craft dirigió, editó y curó la orquestación de gran parte de las composiciones que hoy son pilares en la historia de la música. Robert Craft, después de la muerte del compositor, se dedicó a dar conferencias por el mundo sobre la vida y obra de Stravinsky.

El catálogo de composiciones de Stravinsky incluye obras de cámara, sinfónicas, corales y teatrales. Sus ballets, creados en colaboración con el empresario Sergei Diaghilev, el cual dirigía una prestigiosa compañía de danza con sede en París, dieron fama mundial al compositor. La historia del nacimiento de El Pájaro de Fuego, es una de aquellas coincidencias felices del destino. Diaghilev había encargado la partitura del ballet a Anatoly Liadov, compositor venerado en el círculo musical. La demora de Liadov en entregar el trabajo, irritó al empresario quien finalmente, asumiendo la posibilidad de un fracaso, contactó al entonces desconocido Stravinky.

Su estreno en 1910, bajo la dirección de otra eminencia de la música, el francés Gabriel Pierné, representó un gran éxito en todos los frentes artísticos. Es así como se puede hablar de la apertura de un capítulo en la historia de la música y del renacimiento de la gloria del ballet ruso. El estreno de La Consagración de la Primavera en París, año1911, también bajo la protección de Diaghilev, es recordado como uno de los máximos escándalos en toda la historia de las artes escénicas, tanto desde el punto de vista musical como teatral. Lejos de haber pasado al olvido, este ballet es hoy una obra favorita tanto en el teatro como en la sala de concierto. Cuenta la historia, como la mañana siguiente a la primera representación en el Teatro de los Campos Elíseos, en donde el público tanto gritó en manifestación de inconformidad, la gente comenzó a hablar de su modernismo y originalidad. Las entradas para las siguientes funciones pronto se agotaron y Stravinsky nuevamente confirmó su posición de músico supremo. 

José Daniel Ramírez Combariza

Comité de programación

HJUT 106.9 FM

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