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Boletín Septiembre 2020

Boletín Septiembre 2020
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Martes 01 de Septiembre 2020

BELA BARTOK UN MAESTRO DEL FOLCLOR

“Todo el estudio de la música campesina fue para mí de una importancia capital, pues me permitió liberarme de la tiranía de los sistemas modales mayor y menor que había padecido hasta entonces”

Bela Bartok en Escritos sobre música popular.

 

Recordamos al compositor, pianista e investigador húngaro, Bela Bartok en los 75 años de su fallecimiento. Uno de los grandes artistas del siglo XX no sólo por sus aportes como compositor sino por ser uno de los fundadores de la etnomusicología, entendida como una disciplina científica que estudia la música en su contexto histórico, social y cultural. Nació en 1881 en Nagyszentmitklós, aldea de la provincia de Torontol (incorporada en 1920 a Rumania) en la Transilvania Húngara. Su padre fue director de una escuela de agricultura con afición al violonchelo y su madre Paula Voit tocaba el piano. Su infancia en un ambiente musical se vio interrumpida con el fallecimiento de su padre en 1888, lo que sometió a la familia a continuos cambios de domicilio y con el sustento que daban las clases de piano que su madre impartía. El refugio de Bela fue la música y estas circunstancias de vida formaron un carácter tenso, profundo, introvertido y sensible. Su talento precoz para la música (A los 4 años interpretaba canciones folclóricas al piano) lo llevó a recibir clases de importantes maestros como László Erkel en el Conservatorio de Budapest. En 1901 le fue otorgado el Premio Liszt de Budapest. En palabras del famoso crítico Alex Ross en el libro El ruido eterno: “Bartok Inventó un nuevo realismo inspirado en los campesinos y el folclor que se oponía a lo que en las grandes ciudades imaginaban como folclor. Se dedicó a estudiar las realidades musciales del campo no sólo en su país, sino en Eslovaquia, Rumania, Bulgaria, Turquía y el norte de África. El encuentro más intenso de Bartok con el folclor se dio en 1907 cuando se trasladó a los montes Cárpatos en Transilvania para recopilar canciones de los habitantes húngaro parlantes de Székely. Lo hizo con un cilindro de Edison, una novedad en la época que grababa las canciones mientras Bartok escuchaba. Acabó entendiendo la música rural como una especie de vanguardia arcaica gracias a la cual, él podría desafiar toda banalidad y convención”. Algunas de las obras más destacadas en el “Corpus compositivo” de Bartok son: tres Conciertos para piano, dos Conciertos para violín, dos Rapsodias para violín y orquesta. En Música coral destaca la Cantata profana. En música de cámara destacamos Música para cuerda, percusión y celesta, tres Sonatas para violín, la Sonata para dos pianos y percusión. En el piano el Mikrokosmos ha sido una pieza de estudio constante para intérpretes y críticos. También destaca: Al aire libre y las Danzas folclóricas rumanas. En música escénica Bartók dejó un gran legado: El castillo de Barba Azul, El mandarín maravilloso, El príncipe de madera. EL EXILIO Uno de los temas sobre los cuales más se ha escrito y sobre el que más se han expresado intelectuales de diversas tendencias es el exilio de Bela Bartok a Estados Unidos en 1940 y específicamente a Nueva York. En un comienzo todo pintaba bien para este maestro que fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Columbia, quien también lo contrató para la elaboración de material folclórico europeo. Sin embargo la adaptación a la gran metrópoli norteamericana fue compleja. No se entendía que un país que había recibido tan bien a otros compositores contemporáneos no recibiera de la mejor forma sus obras que, para algunos, eran de difícil comprensión. Grandes maestros asentados en USA como: Reiner, Szigetti, Koussevitzki fueron creando el entorno profesional adecuado para un maestro, aquejado por la enfermedad. Falleció en Nueva York en septiembre de 1945 dejando inconcluso su Concierto para viola que fue completado por su alumno Tibor Serly. Nuestro escritor más importante Gabriel García Márquez fue un apasionado por la obra y la rectitud moral de Bartok. Comentaba orgullosamente cómo algunos expertos que lo entrevistaron le mencionaban la similitud en estructura del Concierto para piano No. 3 con El Otoño del patriarca. El recordado cronista Roberto McCausland Dieppa escribió en el periódico El Heraldo: “La paralela vida y expresión artística entre nuestro laureado Gabo y Bela nos lleva a la noche en que recibió el Premio Nobel. García Márquez, un artista universal con su carácter y disciplina formada, escoge parte de una obra maestra, madura, compleja pero llena de humor, picardía, emoción, inteligencia, escrita cuando el compositor estaba totalmente desenvuelto, y tal vez en su mejor período, a sabiendas de la cercanía de su propio fallecimiento, de Bartok, como música durante la entrega del Premio Nobel. De este período sublime de Bela Bartok se cristaliza su Sonata para violín, el Sexto cuarteto de cuerdas, el Tercer concierto de piano, y su obra más popular, el Concierto para orquesta”. En MÚSICA NOCTURNA, Lunes a viernes, 11:00 p.m., recordamos algunas de las obras más notables del maestro Bela Bartok en los 75 años de su fallecimiento

Orlando Ricaurte López Comité

EMISORA HJUT 106.9 FM

 

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