Jorge Orlando Melo nos entrega una gran síntesis de su obra de vida en esta nítida edición de El Colegio de México y Turner, Historia mínima de Colombia. Melo despliega sus profundos conocimientos de geografía y demografía para organizar el escenario donde se desarrolla una Colombia conflictiva y autoritaria, a la que no le faltan fases de paz y democracia, también registrando avances en las condiciones de vida de su población, especialmente durante el siglo XX.
La geografía compleja del país dio lugar a cuatro regiones poco comunicadas entre si que fueron desarrollándose a espaldas de las demás, hasta que las vías modernas lograron algún grado de integración. Ninguna de las élites regionales estuvo interesada en construir un gran Estado nacional, que centralizara el poder e impulsara y lubricara el desarrollo económico nacional. En consecuencia, el tamaño del Estado fue siempre pequeño, hasta que tuvo que enfrentar los grandes desafíos del narcoterrorismo y de la insurgencia a fines del siglo XX, dando lugar a unas fuerzas armadas de suficiente poder para contrarrestarlos, a veces recurriendo a la ilegalidad.
Los capítulos del libro son relativamente cortos y vibrantes. El texto está lleno de detalles literarios que entregan claves de la matriz del autoritarismo político legado por la colonia y la gran influencia de la Iglesia católica en permear la educación y la cultura de la sociedad. Se destacan incidentes de canibalismo por parte de los españoles durante la conquista y la esclavización de indígenas, convencidos que les estaban ofreciendo la salvación. La conquista del territorio es una historia de horror y crueldad que dio lugar a una catástrofe demográfica, producto combinado de enfermedades como la viruela, el sarampión y la influenza, frente a las que la población aborigen carecía de defensas, y de las oprobiosas condiciones de trabajo, la ruptura de las familias y los suicidios colectivos.
Se trató siempre de una sociedad pobretona, aunque disfrutó de un largo período de prosperidad minera durante el siglo XVIII y algo entre 1850 y 1875, cuando los liberales democratizaron la sociedad, promovieron su organización federal y el comercio exterior. Todo este legado fue destruido por los conservadores, Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, que devolvieron el país a su matriz autoritaria, logrando retrasar su desarrollo económico al propiciar tres guerras civiles.
El siglo XX fue de rápido desarrollo económico, gracias al café sembrado en las lomas antioqueñas y a una dirigencia conservadora más preocupada por vincular a Colombia con el mundo que en liquidar liberales. Se desarrollaron la industria y la agricultura comercial y el país se modernizó. No obstante, el surgimiento de Laureano Gómez y de la derecha fascista durante los años 30 fue creando las condiciones para otra guerra que estalló con fuerza a partir de 1946, y que fue atemperada por el golpe militar de Rojas Pinilla contra el gobierno del propio Laureano en 1953. Melo alcanza a contar la historia política y cultural de Colombia hasta la otra guerra de los 80 al siglo XXI y los avances de la paz de 2016 que quedaron en entredicho.
Melo nos entrega una pequeña obra maestra que revela una conflictiva historia política, pero también el pujante desarrollo de la economía y de la cultura de cada época, los avances de la educación, la salubridad, los cambios en las costumbres y en la condición de la mujer, entre muchas otras cosas.
Salomón Kalmanovitz | Elespectador.com