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Este contenido es para fines históricos y no se le realizan actualizaciones
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El trabajo es el medio para proveerle el bienestar material a la familia y satisfacción personal por los logros obtenidos, sin embargo, no siempre resulta fácil al individuo lograr equilibrio entre el ámbito familiar y el laboral. Aquí algunas recomendaciones sencillas para lograrlo:
-Establecer Agenda y hacer uso eficiente del tiempo: Durante la jornada ordinaria se debe poner toda la concentración y empeño, de modo que estas horas sean lo más productivas posibles y así poder culminar a la hora indicada para irse a casa.
-Establecer límites y prioridades: La familia es el cliente más importante, por lo tanto debe ser prioritario y sin opción de ser desplazada por otros asuntos.
-Evitar llevar trabajo a casa: Sólo en circunstancias extremas que lo requieran. Hay que aprender a culminar las tareas laborales para poder disfrutar de la familia, sobretodo en esta era de las comunicaciones hay que “desconectarse”: apartarse de los móviles, no mirar el correo, alejarse de la computadora.
-Compartir los triunfos y las dificultades: No es justo llegar al hogar malhumorado, a causa de las dificultades del trabajo. La pareja es un apoyo y la persona más indicada para escuchar y tal vez brindar un consejo cuando se necesite, pero siempre bajo los términos de respeto, confianza y amor.
-Estar en casa con cuerpo y alma: Algunas personas caen en el error de llegar a casa a ver televisión o a sumergirse en las profundidades de la web. Cuando se está en casa, se debe dedicar tiempo de calidad tanto al cónyuge como a los hijos. Por ejemplo el momento de la cena.
-Diálogo y esparcimiento en familia: Realizar actividades deportivas, ir al parque, dar un paseo, hacer compras, etc.
-Tiempo a solas con el cónyuge: No es sólo un consejo, es el fruto de investigaciones que demuestran que una cita semanal con la pareja sin hijos y sin distracciones, les une y fortalece, lo que se traslada en beneficio para los hijos