Conozca las características que debe tener un buen profesor, según Ken Bain

Conozca las características que debe tener un buen profesor, según Ken Bain

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Conozca las características que debe tener un buen profesor, según Ken Bain
Viernes, Junio 10, 2016
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Para el presidente del Instituto de los Mejores Profesores, el buen profesor no es quien tiene mucho conocimiento sino aquel que logra cultivar el aprendizaje en sus estudiantes.
Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

¿Qué significa ser un buen profesor? Para muchos educadores la mejor retribución a su labor es ser reconocidos por su trabajo en el proceso formativo de las nuevas generaciones de profesionales.  La calidad de la docencia fue el tema central que abordó el experto en educación Ken Bain en su conferencia dirigida a los profesores tadeístas, el pasado 7 de junio en el Hemiciclo de Utadeo. Después de un año, el presidente del Instituto de los Mejores Profesores regresó a la Institución para hacer acompañamiento a las acciones de innovación pedagógica adelantadas en la Universidad, a través de la Oficina de Desarrollo Profesoral.

Según lo señala el experto, en la educación se conciben dos tipos de evaluación. Por una parte, la formativa que busca mejorar los procesos pedagógicos del estudiante a partir de la retroalimentación constante, y por el otro, las razones sumativas o la emisión de un juicio. En el primer caso, la evaluación de cualquier proceso consiste en formular preguntas para resolverlas.

Bain abrió un espacio de diálogo con los profesores participantes, donde en grupos de cuatro personas discutieron acerca de los atributos que debe tener un buen profesor. Para algunos de ellos, lo que distingue a este educador es ser una persona comprometida, que tiene buenas relaciones y deja un legado para nuevas generaciones de buenos ciudadanos, mientras que para otros es aquel que incentiva una “chispa” de conocimiento en los ciudadanos y le gusta lo que hace.

Lo cierto es que, para el autor del libro “Lo que hacen los mejores profesores universitarios”, un buen profesor no se define por el conjunto de conocimiento que tiene, sino por la capacidad de cultivar el aprendizaje en los estudiantes: “Es posible que un profesor tenga mucho conocimiento en su área, pero nadie aprenda y no haya un cambio en los estudiantes. Lo primordial es que los estudiantes aprendan y cambien su vida de manera sostenible, substancial y positiva”, puntualizó el conferencista.

Y usted, ¿Fomenta los estudiantes superficiales, creativos o adaptativos?

Para Bain la clave para generar verdaderas dinámicas de aprendizaje profundo se concentran en el método de “enseñar con la boca cerrada”, es decir, el proceso mediante el cual el profesor aprende y es capaz de discutir sobre el tema desde la preparación del material que presentará al estudiante: “Yo enseñé durante 20 años, antes que se me ocurriera revisar investigaciones sobre cómo aprende la gente”.

Sin embargo, como lo destacó el conferencista, a partir de investigaciones realizadas por el grupo que él orienta, se lograron identificar tres tipos de estudiantes, teniendo en cuenta la intención con la que estos se aproximan a la educación. Para un primer grupo, aprender se limita a un ejercicio de memorización de la información, donde “el profesor se convierte en un gran resaltador amarillo que les indica que deben memorizar”. A este grupo Bain lo denominó los estudiantes superficiales. En segundo lugar se encuentran los estratégicos, para quienes obtener la mejor calificación es la razón que los impulsa a aprender, aunque lo hacen de manera procedimental, generando con ello carencia de criterio, solo hacen lo que el profesor les dice, convirtiéndose en expertos en rutinas. Finalmente, un tercer grupo está conformado por expertos con capacidad de adaptarse, quienes además de conocer las rutinas, tienen la habilidad y la aptitud para reconocer y aprovechar la oportunidad de abordar problemas desconocidos desde nuevos enfoques. Según lo estima Bain, el mundo, al cambiar constantemente, necesita de este tipo de estudiantes.

¿Estamos fomentando el aprendizaje profundo en los estudiantes?

En su intervención, Bain interpeló a los asistentes acerca de cómo los profesores están enseñando a leer el mundo. Así pues, el aprendizaje profundo consiste en transformar la manera en la que piensan, actúan y sienten los estudiantes, razón por la cual la transferencia del conocimiento se convierte en una gran problemática del aprendizaje, en la medida que no es suficiente transmitir informaciones y teorías sino también buscar su aplicación a múltiples problemas y escenarios: “Las personas pueden demostrar dominio sobre el tema, pero es muy diferente tener la capacidad de aplicarlo y ser crítico frente a él”.

De igual forma, el experto mencionó que la forma como se asume la inteligencia también conduce a tener éxito o no en el aprendizaje. En ese sentido, Bain comentó que algunos estudios revelan que los niños a la edad de cinco años forman su noción acerca de la inteligencia, factor que tendrá incidencia sobre su desempeño laboral, académico y personal por encima de los test de coeficiente intelectual. Dichas visión está dada por aquellos que consideran que la inteligencia es fija, es decir, las habilidades o destrezas son innatas y no existe posibilidad de modificarlas, mientras que otros asumen que la inteligencia es flexible o que puede crecer a través del esfuerzo aplicado, dada la plasticidad del cerebro, logrando con ello una serie de estereotipos positivos sobre la forma como nos acercamos al aprendizaje: “El buen profesor debe tratar de cultivar una visión flexible de la inteligencia”, comenta Bain. 

Para lograr un buen entorno de aprendizaje, el educador estadounidense sugiere varias estrategias a sus colegas, entre ellas generar entornos críticos de aprendizaje natural, donde a partir de una pregunta intrigante, bella e inquietante se motive al estudiante a explorar nuevas formas de resolver los problemas, logrando un proceso cíclico de ensayo, fracaso y retroalimentación. Adicionalmente, hay que solicitar a los estudiantes que se autoevalúen y argumenten sobre su propio aprendizaje: “Un argumento fuerte a una nota baja puede que traiga una nota más baja”, sostuvo Bain, quien precisa que en ocasiones los profesores no son tan buenos jueces de lo que aprenden los estudiantes.

Revisa la conferencia

Fotos

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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