El comité noruego vs. el Centro Democrático

El comité noruego vs. el Centro Democrático
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Lunes 10 de Octubre 2016
Tomado de http://www.lavoz.com.ar/mundo/nobel-para-un-proceso-de-paz-aun-inconcluso

Según la declaración del Centro Democrático, frente al otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a Juan Manuel Santos, el comité noruego “confirma la decisión de los resultados del pasado domingo que obliga a construir un nuevo acuerdo con cambios profundos”.

Esta afirmación no la hizo el ente internacional, que, por el contrario, está otorgando una distinción por unos esfuerzos continuados para lograr una paz difícil.

El premio se otorga en razón de “sus decididos esfuerzos para acabar con más de 50 años de guerra civil, una guerra que ha costado la vida al menos a 220.000 colombianos y desplazado a cerca de seis millones de personas”, algo que el expresidente estuvo negando sistemáticamente durante sus ocho años de gobierno: no había conflicto interno sino una guerra contra el terrorismo, apoyada por grupos ilegales, que permitió la apropiación de millones de hectáreas por parte de narcotraficantes, políticos y negociantes. Ellos compraban barato a los desplazados o falsificaban escrituras. También hubo francos excesos de la Fuerza Pública, como los falsos positivos y otros desmanes.

El Gini de tierras, que es una medida de concentración, aumentó de 0,86 en 1970 a 0,96 en 2014, uno de los más altos del mundo. Un 0,2 % de las unidades mayores de 1.000 hectáreas, incluyendo El Ubérrimo del expresidente Uribe, son dueñas del 73 % de toda la tierra disponible en el país, 81 millones de hectáreas. No es de sorprender que el Centro Democrático se oponga radicalmente a que se haga un nuevo catastro, a que se cobre un impuesto predial progresivo y a que se constituya un fondo de tres millones de hectáreas destinadas a campesinos sin tierra o que cuentan con tierra insuficiente.

Añade el comité que el premio “es un claro apoyo a la decisión del mandatario de invitar a un amplio diálogo nacional para que el proceso de paz no muera tras el fracaso del referendo”, después de que se “ha acercado de forma significativa hacia una solución pacífica del sangriento conflicto”. Esa es una clara sugerencia de que hay que construir sobre lo construido, que es distinto a hacerle cambios profundos al acuerdo que acorralen a la insurgencia para obligarla a la guerra. Ese ha sido el objetivo del Centro Democrático desde que se inició el proceso hace más de cuatro años, utilizando tácticas sucias para emberracar al electorado, como lo reconoció el jefe de campaña del No; con el relativo triunfo que obtuvieron el 2 de octubre, se han envalentonado y pretenden dictar los términos de una rendición que ninguna fuerza digna puede aceptar.

Es lamentable que el senador Uribe se empeñe en subvertir incluso los equilibrios macroeconómicos que mal que bien defendió durante su largo mandato. Ha anunciado su oposición radical a la reforma tributaria, requerida urgentemente para impedir que al país se le reduzca su calificación crediticia y con ello deje de conseguir el capital para sobreaguar la difícil coyuntura por la que atravesamos. El único antecedente que se me ocurre de tan irresponsable conducta es la de Laureano Gómez en los años 40 del siglo pasado, cuando llevó al país a la guerra civil y al franco deterioro de su economía.

El comité noruego termina afirmando que Santos “ha sentado las bases para un desarme verificable de las Farc y de un proceso histórico de reconciliación nacional”. No se trata precisamente del aniquilamiento de una de las partes del conflicto.

Salomón Kalmanovitz | Elespectador.com

Donde fue publicado: 
El Espectador