El debate en torno a Isagén

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El debate en torno a Isagén
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Lunes 01 de Febrero 2016
Tomado de http://www.reporterosasociados.com.co/2015/04/expresidente-uribe-pide-que-se-haga-debate-sobre-venta-de-isagen-antes-de-fecha-de-subasta/

En la medida en que se acerca la firma de la paz se deteriora la calidad del debate público.

No es solo la derecha recalcitrante la que ataca con vehemencia y con datos falsos todo lo que hace o deja de hacer el Gobierno, sino la izquierda que no hace mucho tuvo el buen juicio de apoyar la reelección de Santos y la continuidad del proceso de paz.

En la venta de Isagén se hicieron sentir las más dislocadas acusaciones y fueron pocas las voces serenas que argumentaron con base en los hechos que rodearon la subasta. El procurador determinó un deterioro patrimonial sin mostrar un solo número, haciéndole eco a Antonio Navarro Wolf quien reclamó por la venta de la gallina de los huevos de oro a precio de huevo. Uribe trinó en contra, como si él no hubiera intentado vender la misma empresa cuando era presidente.

Otros adujeron que se trataba de un atentado contra el medio ambiente, como si el tema regulatorio dependiera de que las empresas del sector fueran públicas o privadas. Otros más aseguraron, sin conocer cómo se fijan, que las tarifas de la energía iban a subir con la desnacionalización de una de las empresas del sector. José Roberto Acosta afirmó con malicia que los exministros en la junta de Isagén tienen conflicto de intereses con los sectores en donde han laborado o laboran, aunque no dice que saldrán cuando el nuevo dueño reorganice la empresa.

Quiero destacar a Luis Guillermo Vélez de Eafit, quien se tomó el trabajo de mirar los balances de la electrificadora e informar que el promedio de los últimos cinco años había obtenido un 4,5% de rentabilidad sobre el valor del activo y que es 17 veces el EBITDA (rentabilidad antes de impuestos, de servicio de deuda, depreciación y amortización). Estas cifras pueden mejorar con la puesta en funcionamiento de Hidrosogamoso, pero no se trata del mejor negocio del mundo.

Nadie se preguntó por qué quedó un solo proponente cuando inicialmente fueron 12; nueve se retiraron antes del reintento de venta y de los tres que quedaron dos —el chileno COLBUN y la francesa Suez— optaron por darle la espalda al negocio. Varios previmos que Brookfield se iba a retirar también el día cero porque no solo el negocio no es tan bueno, sino que Colombia presenta un alto riesgo cambiario: una devaluación estructural, de largo plazo, puede desvalorizar el activo. El colmo fueron los que protestaron porque no hubo puja por Isagén, sin explicarse por qué, tan raro, se habían retirado tantos y eso supuestamente hacia que la subasta fuera ilegal.

Otro comentarista serio es Juan Benavides, quien mostró con su lógica dura que era buena idea sacar el capital público hundido de un sector maduro que no lo requiere y dedicarlo a otro muy atrasado y cuyo desarrollo puede contribuir a reducir los costos de transporte. El resultado sería un mayor crecimiento económico.

Siempre he sido de la idea de que el Estado en Colombia debe fortalecerse, ser administrado por una burocracia meritocrática y contar con empresas bien dirigidas en sectores clave. Sin embargo, las finanzas de Ecopetrol, sus pésimas inversiones en la refinería de Cartagena y en empresas que refinan etanol y biodiesel, me sugieren que las relaciones entre las élites y el Estado dan lugar al inevitable deterioro del interés público. Eso no cambiará, y hasta puede empeorar, si es la izquierda la que tiene a su cargo el manejo del Estado.

Salomón Kalmanovitz | Elespectador.com

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El Espectador