La banca central en una década

La banca central en una década
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Lunes 19 de Septiembre 2016
Tomado de http://www.ingprovidencia.com/noticias/expectativas-sobre-pib-de-colombia-mejoran

¿Qué tan eficaz y acertada ha sido la banca central en Colombia?

En un reciente libro, José Antonio Ocampo y asociados hacen un balance del Banco de la República entre 2003 y 2013*. Ellos encuentran que ha sido exitoso en reducir la inflación a niveles internacionales mediante la aplicación del régimen inflación objetivo, que consiste en preanunciar metas y tratar de alcanzarlas mediante su tasa de interés. Lo hace de manera contraria al ciclo económico: eleva su tasa cuando la economía se recalienta, pero la reduce cuando se cae el crecimiento y es baja la inflación.

Ocampo y sus coautores critican que el Banco de la República no haya tenido una política para encauzar la tasa de cambio, evitando la revaluación excesiva que se dio entre 2008 y 2013. Habría que añadir que la devaluación desde fines de 2014 al presente ha sido igualmente calamitosa. Ellos presentan un modelo econométrico para “probar” que no hubo reacción de la junta del Emisor frente a las variaciones de la tasa de cambio.

Es desafortunado que tan rigurosos investigadores no se hayan tomado el trabajo de indagar por los fundamentos macroeconómicos de la tasa de cambio. Ésta ciertamente reacciona frente al déficit fiscal y su financiamiento. Si comparamos la evolución macroeconómica de Colombia con las de Chile y Perú, países que ahorraron sus bonanzas externas durante el mismo período, entenderemos por qué la revaluación nuestra fue excesiva frente a la más moderada de nuestros socios andinos. Igualmente, sus devaluaciones fueron más suaves que la colombiana.

Mientras Colombia siguió con déficits fiscales durante la bonanza, a pesar de que recibió ingresos extraordinarios de hasta el 3 % del PIB por año, Chile obtuvo un superávit fiscal que alcanzó 8 % del PIB y Perú de 4 % entre 2006 y 2008. No sólo no ahorró Colombia, sino que contrajo deuda en dólares en grandes cantidades: en 2003 la deuda pública era de US$22.000 millones, pero alcanzó US$36.000 millones en 2013. Por contraste, Chile mantuvo su deuda por debajo del umbral de los US$5.000 millones y Perú la redujo de US$22.000 en 2003 a US$18.000 millones en 2013. No es de sorprender que la revaluación del peso colombiano fuera de 56 %, la de Chile 18 % y la de Perú 11 %.

Hay un vacío de economía política en el libro. Las dos administraciones voraces de Álvaro Uribe, en las que se devolvieron impuestos a las empresas y se le entregó la DIAN a los corruptos, explican la caída del recaudo tributario en medio de la bonanza. La promesa en mármol de Santos de no aumentar impuestos impidió que se remediara el problema, aunque después le correspondió renegar de ella e hizo aprobar dos reformas tributarias poco técnicas e insuficientes.

Otra falla de los investigadores fue ignorar el impacto de la política monetaria de Estados Unidos sobre la tasa de cambio de Colombia. A partir de 2008, la Reserva Federal mantuvo su tasa de interés cercana a cero, lo que devaluó el dólar y no pudo ser contrarrestado por ninguna autoridad monetaria del mundo, aunque sí pudo ser morigerado por las políticas de ahorro público tanto de Chile como de Perú.

Para rematar, el activismo cambiario hubiera sido no sólo infructuoso, sino que hubiera producido expansiones monetarias indeseadas y más inflación, algo que a los autores no parece preocuparles.

* La banca central colombiana en una década de expansión, 2003-2013, José Antonio Ocampo, Jonathan Malagón y Juan Sebastián Betancur, Universidad Externado.

Salomón Kalmanovitz | Elespectador.com

Donde fue publicado: 
El Espectador