"Deseo que Colombia aprenda el valor de sus mares": Capitán Arias

"Deseo que Colombia aprenda el valor de sus mares": Capitán Arias

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"Deseo que Colombia aprenda el valor de sus mares": Capitán Arias
Viernes, Febrero 12, 2016
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El director general del Invemar, desde niño deseaba convertirse en un científico marino. Hoy día trabaja incansablemente por la conservación y sostenimiento de los mares en nuestro país.
Fotografía: Laura Vega - Oficina de Comunicación

Aún tengo en mi mente mi primer salida a Islas del Rosario. La maravilla de ver el fondo del mar, lo que estaba ahí abajo, los colores, la brisa y el agua. Fue un momento de éxtasis como estudiante que no se me ha pasado”. Con estas palabras, el capitán Francisco Arias relata su primer día de trabajo de campo en el programa de Biología Marina en Utadeo sede Cartagena, en el año de 1975. Para ese entonces, el actual director general del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), cumpliría uno de sus anhelos más grandes desde su niñez: ser un científico marino. Su otra pasión era convertirse en oficial de la Armada Nacional, objetivo que alcanzó cuando finalizó sus estudios en la Universidad.

Los horarios de clase de siete de la mañana a ocho de la noche, así como los estudios en ciencias básicas, lograron que este biólogo marino proveniente del Valle del Cauca se formara como un investigador integral: Utadeo no solo nos ayudó a instruirnos en unas técnicas de laboratorio, química, física, biología y matemática. En ese entonces, la carga académica era bastante densa, a tal punto que cuando terminábamos sexto semestre recibíamos un cartón que nos certificaba como licenciado en química y física, lo cual nos permitía entrar a estudiar una maestría”, indica Arias.

De su paso por la Universidad recuerda que hizo parte de la Tuna tadeísta, con la que ganó festivales y concursos a nivel nacional. Pero Utadeo también fue el escenario para encontrar el amor. Antes de terminar su carrera, se casó con una artista plástica tadeísta, a quien conoció en la asignatura de integración, donde los estudiantes debían compartir experiencias académicas con compañeros de otros programas.

A punto de entregar su tesis, fue requerido por la Presidencia de la República, junto con otros compañeros, para hacer parte del curso de ascenso de oficiales, como teniente de fragata. Sin embargo debía presentar el titulo académico para ello: “la Universidad tuvo un acto muy generoso, con el que siempre estaré agradecido, y es que como no coincidían ninguna de las fechas para el ascenso de los oficiales, el rector de ese entonces, Jaime Pinzón, ofreció hacer una ceremonia especial de grado para mí”, recuerda gratamente el capitán.

Tras treinta años de haber realizado el juramento como profesional, Arias regresó a su alma mater, ya no en el rol de estudiante sino como un referente nacional e internacional en las Ciencias Marinas. Fruto de este esfuerzo, en noviembre de 2015, la Universidad le otorgó el premio al Medio Ambiente y Sostenibilidad, en el marco de los Premios Utadeo. Aunque a la ceremonia de entrega no pudo asistir, debido a sus compromisos con el Instituto, su señora madre recibió el galardón, quien no dudó en guardarlo en su casa como su mayor tesoro.  

Como muestra de agradecimiento, el capitán Arias escribió una carta dirigida a la rectora de la Institución, Cecilia María Vélez, y al presidente del Consejo Directivo, Jaime Pinzón (lea la carta escrita por el capitán Arias a las directivas y la comunidad tadeísta): “ahora que la Universidad ha decidido hacer un reconocimiento a este trabajo de tantos años, recordaba ese juramento que tuve que realizar en privado, ante el señor rector. Espero que la Universidad lo entienda como honrado y cumplido. Siempre tuve un alto grado de compromiso con la academia, incluso desde mi trabajo como director del Invemar. Creo que es clave la relación con las universidades para el desarrollo del trabajo de investigación en los mares. Cuando uno es escogido como ejemplo de un proceso en la Universidad, eso implica una enorme responsabilidad, donde uno es el que se precia de ese gesto. El Premio Utadeo, primero, me pone la responsabilidad de seguir hacia adelante, y segundo, ser un mensajero de los valores que se aprendieron en las aulas de la Tadeo”, sostiene Arias.

Y es que no es para menos, dado que en la Armada no solo trabajó en investigación científica, sino también en otras áreas como la soberanía nacional. Del mismo modo, ocupó nuevos cargos que retaron su profesionalismo, entre ellos ser director del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe (CIOH) y del Invemar, Instituto al que llegó hace veinte años para reestructurar, luego que estuviera a punto de ser liquidado, debido a la transformación que sufrió Colciencias, a principios de los noventa. El capítulo se dio por terminado cuando el Ministerio del Medio Ambiente la incorporó a su despacho: “me presenté a la convocatoria del Invemar y yo la gané. Luego llegó el momento de la decisión de si permanecía en la Marina o si continuaba en el Instituto. La decisión por parte de la Armada Nacional fue ofrecerme en comisión”.

Pese a sus múltiples ocupaciones administrativas, Arias nunca ha dejado esa pasión por investigar. Actualmente dirige un grupo de investigación y dedica algunas horas a la escritura en las madrugadas: “hemos entendido que sin ciencias básicas, ni la acuicultura, ni los temas ambientales ni de biotecnología tendrían un buen desarrollo. La formación que la Universidad nos brindó en este aspecto revela los buenos resultados y el desarrollo de la Ciencia Marina actualmente”.

 

Un referente para las ciencias marinas en Colombia

Arias ha sido testigo de los avances científicos y tecnológicos de la Biología Marina en nuestra país. Como él lo asegura, su generación tenía una visión de ser científicos o personas dedicadas al trabajo de campo y al laboratorio. Para esa época, las investigaciones se centraban en la taxonomía de las especies marinas. Sin embargo, para la década de los ochenta, estos procesos fueron automatizados, cambiando el derrotero de las investigaciones al campo de la acuicultura. Para los años noventa, cambia completamente el paradigma de esta ciencia, dado que surge una preocupación por los temas ambientales, el cual es abordado con mayor profundidad en el nuevo milenio, a partir de investigaciones sobre el uso sostenible de nuestros mares, haciendo uso de las nuevas tecnologías y energías alternativas.

Frente a la tradición del programa de Biología Marina,  considerado como el primer pregrado creado en Colombia en esta disciplina, Arias menciona que este “siempre ha estado enfocado en los mares, pero es un liderazgo que no es fácil, puesto que el tema marino es muy costoso y complejo, al tiempo que los equipos duran poco debido a que la salinidad y el clima los destruyen. Sin embargo, la Tadeo se comprometió con el mar y así lo ha venido haciendo por sesenta años, lo cual es admirable. Hoy podemos decir que la Universidad recoge recursos a través de sus proyectos y que es un jugador muy importante en este aspecto a nivel nacional e internacional”. 

 

“La biodiversidad es hoy lo que fue el petróleo para la Revolución Industrial”

Como biólogo marino y miembro de las Fuerzas Armadas, uno de los mayores retos de Arias es que Colombia comprenda el valor de sus mares y los conserve. Esta es la meta por la que trabaja y seguirá trabajando incansablemente: “Colombia tiene unas oportunidades inmensas. Nos preciamos en decir que nuestro país es el más biodiverso del mundo, pero la biodiversidad, más allá de que la utilicemos con fines contemplativos, lo cual puede servir muy poco para la prosperidad, estaría perdida si no desarrollamos las capacidades para entenderla, aprovecharla y llevarla a procesos que den alimento, bienestar, tranquilidad y sostenibilidad a nuestros compatriotas”.

El director del Invemar también hizo un llamado al trabajo mancomunado con la industria, dado que en la actualidad, los empresarios prefieren comprar tecnologías ya desarrolladas que financiar tecnologías propias: “nosotros los investigadores tenemos que desarrollar tecnologías que ellos puedan implementar en su negocio, pero los industriales deben decir qué tipo de tecnologías necesitan”, puntualiza el tadeísta.

Finalmente, el biólogo vallecaucano recordó a sus colegas que “ser investigador de las ciencias marinas en Colombia no es fácil, pero mientras haya amor y compromiso por lo que se hace, las dificultades económicas y los recursos se sobrepasan. Entender que todas las cosas no salen en el primer intento ni ensayo es una de las principales virtudes que debe tener todo científico. Todos los días surgen preguntas sobre las Ciencias del Mar, no solo por las tecnologías que aparecen sino por el daño que estamos ocasionando. Así pues, la contaminación debe tener una respuesta desde el punto de vista científico, al igual que la alimentación, las carencias que tienen los pobladores de nuestras costas, entre otras. Es una profesión donde todos los días hay cosas que hacer”.

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