Hasta siempre, Juan: Falleció el alumno y compañero Juan José Padilla

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Hasta siempre, Juan: Falleció el alumno y compañero Juan José Padilla
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Jueves, Junio 19, 2014
Falleció el alumno y compañero Juan José Padilla (Q.D.E.P.)
Juan José Padilla (Q.D.E.P.)

Siempre supe que sería un gran periodista. Se veía en su mirada, en la forma de escribir y en la pasión que demostró para hacer las cosas que hacía. Nunca lo tuve en clase, pero cruzábamos opiniones en los consejos de redacción de la revista Punto Zero.  

Supe que le gustaba el cine, admiraba a Julio Sánchez e idolatraba John F. Kennedy. Su fama de riguroso en la escritura, aquella que demostraba como jefe de redacción en la revista, era bien conocida y admirada por sus compañeros. Todos lo respetaban, todos lo querían.

A Juan hay que recordarlo en las letras, en las buenas películas y en las ricas tertulias de un viernes por la tarde. A su “parche” que tanto quiero, a su familia que no tuve la suerte de conocer, solo me resta decirles esto: Carpe Diem”. Palabras que retumban en la mente de cualquier lector, que entiende aquello que: “No leemos y escribimos porque sea tierno. Escribimos y leemos poesía porque somos miembros de la humanidad, y la humanidad rebosa pasión. La medicina, las leyes, la administración y las ingenierías son muy nobles y necesarias para sostener la vida, pero la poesía… la poesía es belleza, romance, amor. Es por eso que vivimos”.

Por las palabras que faltaron y las frases que dejaste, hasta siempre Juan.


Óscar Durán Ibatá
Docente - Periodista
 
 
 
 

A lo largo de nuestra vida hacemos nuevos amigos, unos que son simplemente pasajeros, y otros que llegan para quedarse que, sin saberlo, se convierten en un miembro más de nuestra familia,  Juan José es uno de estos casos.

Recuerdo  el día que lo conocí,  la puerta de Sala de Prensa se abrió y entró un muchacho de vestir elegante y mirada perspicaz, recuerdo con mucha nitidez que traía en su mano un ejemplar de la revista Semana, desde ese momento supe que era alguien que en realidad venía a hacer periodismo,  saludó, se acercó y se presentó, su nombre era Juan José Padilla, aquella primera vez que hablamos, descubrí que era alguien enérgico, dispuesto a aprender, recuerdo ese brillo en sus ojos cada vez que hablaba de política, cómo hablaba de las expectativas  y lo que esperaba hacer por el periodismo de este país.

A partir de ese momento, la Sala de Prensa se convirtió en su segundo hogar,  y si alguien lo necesitaba lo más seguro es que lo encontrara allí, con el paso del tiempo Juan José demostró ser un gran ser humano,  un estudiante con mucho porvenir, y que, sin importar su corta edad, demostraba  que era una persona dedicada, tenía fijos sus objetivos en la vida.

Pronto se convirtió en mi compañero. Clase tras clase fuimos entablando una amistad que se fortaleció con la creación de la revista Punto Zero, conformada por un magnífico equipo de trabajo, que Ángela  y Juan José fueron consolidando poco a poco, una revista que Juan José supo liderar,  guiar  y acompañar, siempre sugiriendo y proponiendo ideas novedosas.

Son tantas las clases y momentos de complicidad que compartimos, y tantas las veces que llegamos tarde a clase por quedarnos en Sala de Prensa y muchas más las ocasiones que recorrimos la ciudad en medio de investigaciones y búsquedas de exclusivas, largas caminatas alrededor de la feria del libro, regresos a casa en el servicio público que eran más amenos gracias  a su compañía,

Grandes trabajos periodísticos surgían, fruto de la dedicación y el trabajo en equipo. Eran esos momentos en los que podía visualizar  el porvenir de Juan José, lo veía expresarse y hablar y sólo podía pensar, en el profesional tan grande que iba a llegar a ser.

Le agradezco a Juan José por invitarme a  unirme a Punto Zero, por ofrecerme su amistad, por poder contar con él en los buenos y en los malos momentos, por poder conformar un equipo tan fabuloso como el que formamos, gracias por los consejos, por las anécdotas, por las  tardes que pasamos hablando de música, literatura o cine, siempre admiraré esa pasión con la que hablaba cuando se trataba de Frank Sinatra.

 

El dolor sobra y las palabras no son suficientes para describir el vacío que hoy sentimos con la partida de nuestro amigo, pero son más fuertes los motivos para recordar los momentos felices que compartimos, aquellas jornadas en Sala de Prensa, las conversaciones en clase, los encuentros en los pasillos y todos aquellos magníficos momentos que vivimos con él, que son suficientes para revivirlo en nuestros corazones.

Muchos pueden ver la partida de Juan José como una herida que difícilmente cicatrizará, pero quizá pensemos diferente si lo empezamos a ver, más que como una cicatriz, como una catapulta que nos impulsa y nos motiva a cargar el estandarte de una nueva generación de periodistas.

Se quedaron sueños y experiencias, en el tintero, ideas y proyectos que realizar, proyectos e ilusiones que nosotros, futuros periodistas y compañeros de Juan José debemos hacer realidad, por él, por un mejor país y por un mejor periodismo. Hasta siempre, compañero, colega, amigo ... hermano.

Cristian Mora

 

Juan José Padilla

 

Como Periodista: Perseverante, sensible, perfeccionista, honesto, líder "No puedo creer que yo, en primer semestre, haya entrevistado a Fernando Savater" me  dijo en la feria del libro hace un año, sus compañeros si podíamos creerlo, sabíamos el talento y la sabiduría que demostraba cada vez que hacía algo. Sin demeritar el trabajo de ninguno de los chicos, hay que decir que la revista Punto Zero resurgió gracias a su trabajo, y confianza en las cosas pequeñas.

 

Pocos tienen esa curiosidad innata por conocer, saber y aprender. No todos aman la carrera como la amaba aquel muchacho de ojos brillantes, ansiosos y listos para enfrentar el oficio, enfrentar el mundo como JuanJo. Que, con entusiasmo, alegría y pasión trataba por dar lo mejor de sí para aprender de y con la gente, de conocer los rincones más recónditos del que sería su lugar de batalla: Bogotá. Rolo amante de la bandeja paisa, encontraba en lo que podría ser tan solo cuestión de intuición la razón para crear grandes cosas. Instinto, olfato periodístico y un gran  escritor. Que a pesar del miedo a lo desconocido y más por embarrarla que por cualquier otra cosa se limitaba a cosas que terminaba por hacer y que al final le encantaba, emocionado y con la adrenalina al cien buscaba otras cosas para intentar. No había miedo a enfrentarse a nuevos retos, … solo nervios.

 

Como Amigo: Alcahueta, pero nunca mala influencia. Sincero, pero jamás grosero, un caballero. Siempre con una sonrisa en el rostro hasta en los momentos más difíciles. Tenía tiempo para todo, para todos, para leer a Ricardo Silva y a Vargas Llosa, escuchar a Sinatra y Totó la Momposina, para ir al museo y a montar bicicleta, escribir, leer o corregir los artículos de la revista.

Atento, siempre escuchaba a las personas, las escuchaba de verdad y siempre deseaba lo mejor a sus amigos, sus colegas y a las personas que le enseñaban cosas día a día. Preocupado, atento, buscaba que las personas conocieran lo mejor de sí mismas, lo supieran o no. El periodismo, su pasión. Los libros, su lugar de escape. Sus amigos, sus hermanos.

¡A pintar el cielo de letras! Buen Viaje Juan José Padilla

 

Ángela Vargas y Laura Asprilla

 

 

 

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