Conoce a los tres beneficiarios de las Becas Ser Utadeo
“Es como un nuevo inicio y una nueva vida”, es lo que, en medio de la emoción y con muy pocas palabras, significa para Christian Adrián Mendoza iniciar sus estudios en el programa de Ingeniería de Sistemas de Utadeo. Este hecho tiene un matiz especial, pues Christian es uno de los tres estudiantes beneficiarios de la primera convocatoria de las Becas Ser Utadeo, en un esfuerzo conjunto entre nuestra Universidad y el Gobierno Nacional que posibilita que los jóvenes colombianos con excelentes resultados en las Pruebas Saber 11 del ICFES y con dificultades económicas para costearse una carrera universitaria puedan acceder a educación superior de alta calidad.
La emoción también embargó a Daniela Romero, otra de las beneficiarias del programa, quien a partir del próximo lunes iniciará su carrera en el programa de Comunicación Social – Periodismo. Como lo relata Luisa Fernanda Bernat, jefe (e) de Planeación y Presupuesto de Utadeo, el caso de Daniela es particular, pues no solo obtuvo el mejor puntaje en las pruebas Saber 11 de su colegio, el Colsubsidio Ciudadela (Bogotá), con un total de 412 puntos sobre 500 posibles, sino que además tiene uno de las mejores puntajes de estas pruebas a nivel nacional.
Por su parte, Sara Herrera, quien estudiará Diseño Gráfico, ve en estas becas la posibilidad de cumplir el sueño que inició cuando tenía siete años, edad en la que su padre, don Jorge Herrera, quien siempre ha trabajado en el sector de la construcción, le inculcó, junto a su hermano, el gusto por el dibujo, esa pasión que luego le permitió estudiar una técnica en Diseño Gráfico en el Sena y que la llevó a tener como instructora a una egresada tadeísta, quien a su vez le recomendó la Universidad por su altísima calidad en este campo profesional.
A escasas horas de enterarse de su selección como beneficiario, Christian ve en esta beca un sueño cumplido. Desde que salió del Colegio Cofrem, en Acacías (Meta), hace dos años, su objetivo era estudiar en Utadeo, pero debido a dificultades económicas no lo pudo hacer antes. La buena noticia lo tomó justo cuando se bañaba en un río de este municipio colombiano junto a su padre y primos. Su mamá fue la portadora de la buena nueva. Recuerda que lo único que hizo con sus familiares fue gritar a viva voz en este lugar: “Estoy muy agradecido con la Universidad y prometo que no los voy a decepcionar, y a todos los que deseen estudiar les digo que no desistan. Si tienen un sueño lo pueden cumplir, es cuestión de perseverancia. Así pase tiempo, en algún momento lo van a lograr”.
Daniela recibió la noticia a las 4:00 p.m. del martes 14 de enero. Una fecha que, según ella misma afirma, pasará como uno de los momentos más felices de su vida. Recuerda que a las primeras personas que les dio esta grata noticia fue a sus padres, quienes en medio de lagrimas y sonrisas la abrazaron y compartieron su triunfo: “mi más sincera gratitud a las directivas de la Universidad por brindarme esta oportunidad”, señala Daniela en medio del entusiasmo que le dejó el primer día de la jornada de Inducción. Añade que persistir por los sueños y trabajar a diario por ser la mejor son los ingredientes para cosechar este tipo de logros. Y es que aunque decidió tomar un año sabático, tras salir de colegio, con el fin de pensar muy bien lo que quería estudiar, sus actitudes sobresalientes para la lectura y la escritura la llevaron a tomar la decisión de proyectarse como comunicadora, pasión que ahora combinará con sus estudios en la academia de baile.
El ambiente familiar también fue el escenario en el que Sara recibió la llamada tan esperada por parte de la Universidad. En medio de una reunión en su casa, a las 3:30 p.m., del martes, su teléfono sonó. Para ese momento ella ya había perdido las esperanzas, pues pensó que no había sido seleccionada. La frustración se convirtió rápidamente en incredulidad frente a lo que oía, para pasar luego a la alegría total con su mamá, quien sin dudarlo decidió acompañarla en su primer día de inducción, desde Funza (Cundinamarca), lugar en el que vive: “Hay muchas personas que no tienen los recursos y no han podido cursar su carrera. Esta es una oportunidad para no perder el tiempo y ser lo que quiero ser”.
Daniela Romero Díaz y Sara Daniela Herrera, dos de las beneficiarias de las Becas Ser Utadeo
Haciendo realidad los sueños
Las Becas Ser son posibles gracias a que el Gobierno Nacional, mediante el Decreto 1584 del 4 de septiembrede 2019, permitió que las donaciones que reciben diferentes universidades, entre ellas la nuestra, cuenten con un doble descuento tributario, siendo esta una regulación única en su tipo y atractiva para las empresas y personas naturales responsables de impuestos y de declaración de renta. En el caso de Utadeo, la convocatoria se da gracias al trabajo articulado de más de un año entre la Rectoría, la Vicerrectoría Académica, la Secretaría General, la Dirección Jurídica y la Oficina de Planeación y Presupuesto, dependencias que definieron las características de la beca y la población a la que iba dirigida.
Las donaciones que actualmente recibe la Universidad por parte de dos empresas cubren los gastos completos de matrícula a estos estudiantes. Por eso, la meta, de acuerdo con Bernat, es gestionar estas donaciones, de tal manera que el número de donantes crezca y permita no solo la continuidad de los beneficiarios, sino también aumentar el número de becarios para próximas convocatorias.
“Cualquier donación que se haga, sin importar su monto, contribuye a la educación de un estudiante. Todo el que quiera apoyar esta iniciativa es bienvenido, pues a través de esta acción generamos un impacto positivo en la sociedad”, agrega Bernat.
En esta primera convocatoria se presentaron ocho aspirantes, de los cuales se seleccionaron tres, dos provenientes de región y una estudiante de Bogotá: “Esta es una respuesta a nuestro carácter institucional pluralista e inclusivo. La Universidad se ha preocupado por garantizar la movilidad social de los estudiantes, independientemente de su condición económica de entrada”, señala Bernat.
