Descubra cómo empezar de cero haciendo uso de la creatividad con Santiago Ortíz
Cuando empezar de cero no es una alternativa sino una necesidad, la creatividad y la constancia pueden convertirse en armas poderosas para alcanzar lo esperado y construir proyectos aún mejores que los anteriores. Esta fue la principal enseñanza que compartió el matemático, científico de datos e investigador en visualización de la información Santiago Ortíz en su visita a Tadeo Lab, el pasado 13 de mayo, en el conversatorio “6 meses”, el cual hace alusión al periodo en el que pasó de desarrollar aplicaciones para la visualización de datos en ActionScript a JavaScript, tras su salida de Bestiario, proyecto al que dedicó varios años de su carrera profesional.
Sin un portafolio de trabajos por mostrar ni potenciales clientes, Ortíz emprendió uno de los retos más grandes de su vida: vivir de sus ahorros durante un semestre del 2012, mientras experimentaba y creaba frameworks o esquemas para el desarrollo o implementación de aplicaciones en lenguaje JavaScript.
Tras catorce horas diarias de trabajo, Ortíz logró desarrollar un proyecto por semana, sorteando los fracasos, algunas enfermedades causadas por el estrés, así como problemas económicos. Fruto de esa constancia, el desarrollador logró salir avante, consiguió su primer cliente, creó su nueva idea de negocio, denominada Moebio, un laboratorio que desarrolla proyectos de visualización interactiva avanzada para la resolución de problemas reales, pero ante todo, como lo mencionó el expositor, logró divertirse en el proceso.
También fueron muchas las enseñanzas que le dejó este proceso de auto aprendizaje, en el cual se encontró con la ciencia de datos: “Los datos si no son entendidos por las personas no sirven de nada. El ser humano sigue tomando las decisiones”. Adicionalmente, comprendió que las herramientas no deben ser las que determinan el trabajo sino que más bien cada día se debe estar en una continua experimentación, un camino que decidió tomar desde mucho antes de terminar su carrera de Licenciatura en Humanidades en la Universidad de los Andes, época en la que combinó figuras geométricas y fotografías para el diseño de sus primeras interfaces.
Para Ortíz, trabajar con responsabilidad social y crear una narrativa épica ayudan a realizar de mejor manera el proceso: “Siempre que experimentaba pensaba en qué aplicación puede tener”. Y es que en efecto, la ciencia de datos tiene múltiples aplicaciones, entre ellas empresariales, en programas de fidelización de clientes, sistemas de predicciones de datos, definición de clústeres o nichos de mercado o planteamiento de redes sociales, hasta en educación, a partir de la visualización de cada una de las asignaturas de los planes de estudio y la convergencia de los temas tratados en cada una de ellas, logrando poner en armonía las bases de datos con su presentación visual, en aras de lograr el entendimiento por parte de los públicos objetivo: “Toda decisión gráfica fortalece la intención que se desea transmitir. Todo sistema social, político o matemático debe ser pensado como una red”, comenta Ortíz.
Finalmente, Ortíz aconsejó a los asistentes que se debe trabajar por horas y no por objetivos para proteger los intereses del cliente final, en la medida que estos últimos en ocasiones no permiten descubrir nuevas posibilidades que pueden hacerse evidentes a través de los datos.
Ortíz actualmente trabaja como consultor internacional, ayudando a organizaciones en el análisis de datos y el desarrollo de estrategias de comunicación e información.