Estudiantes de colegio se le midieron a diseñar una silla en un día
Chispazos de creatividad, momentos de angustia e instantes de adrenalina se vivieron en la tercera edición de Diseña una Silla, el concurso que cada año reúne a estudiantes de colegios de Bogotá y de Utadeo para asumir el reto de crear uno de los objetos más "comunes", pero que requiere de toda la imaginación posible para no caer en lo común.
Cerca de 40 estudiantes de colegio acudieron a la convocatoria del programa de Diseño Industrial de Utadeo. Muchos de ellos con el deseo de vivir un día como diseñadores industriales, profesionales dedicados a crear o modificar objetos para hacerlos útiles, prácticos o atractivos visualmente, con la intención de satisfacer las necesidades del ser humano.
Entre la expectativa, la curiosidad y el deseo de quedar entre los tres ganadores, aprendices y maestros repasaron las bases de SolidWorks, la herramienta de diseño asistido por computadora en la que trazarían las primeras líneas de sus bocetos y modelados. Cada equipo, conformado por dos estudiantes de colegio y uno de Diseño Industrial, se movió entre las distintas escuelas de arte como la Bauhaus y los movimientos de diseño popular como el Art déco, para inspirarse y tomar criterios conceptuales, y ergonómicos que les permitiera hacer una propuesta innovadora.
Maestros y aprendices se dieron a la tarea de diseñar sillas ergonómicas e innovadoras.
Las sillas que se robaron todas las miradas
Para esta edición se eligieron tres ganadores: Ramona, Va y ven, y Jaque mate. La silla Ramona está inspirada en el yin y el yang, en ella se cambió las formas curvas por algunas rectas para que fuese fácil de cortar con láser. Cristian Alberto Bernal, estudiante de Diseño Industrial de Utadeo, comenta que tuvieron en cuenta algunas sillas como referentes, pero fueron sus aprendices Sebastián Suárez y Juan Camilo Barahona, estudiantes del colegio Andrés Rosillo, quienes aportaron en la construcción del diseño. Para estos dos jóvenes la experiencia fue muy grata y los motivó a estudiar Diseño Industrial.
Para Victoria Álvarez, estudiante del colegio Clara Casas, Juan Carlos Clavijo, del colegio Francisco José de Caldas, y Brayan Solano, estudiante de sexto semestre de Diseño Industrial, su silla Va y ven representa muy bien lo que es trabajar en equipo y el deseo de estudiar este programa.
"Me parece una actividad muy chévere porque le da una primera mirada de lo que es esta profesión a quienes están en el colegio y, de paso, nos insertó a todos en el mundo laboral, un contexto donde la competencia y los sacrificios hacen parte de estas situaciones reales", dice Brayan Solano.
Finalmente está Jaque mate, uno de los diseños que más presentó dificultades, pero que logró salir avante y quedarse con uno de los premios. Aunque las medidas les jugaron una mala pasada, los jurados destacaron del equipo de Diego Calderón, de décimo semestre de Diseño Industrial, Santiago Calderón y Andrés Felipe Escalante, estudiantes del colegio Guillermo Cano Isaza, la practicidad del diseño.
"Nos enfocamos en los jugadores de ajedrez de la Carrera Séptima con calle 12, quienes deben estar cambiando de lugar para enfrentarse a otros oponentes. Por eso desarrollamos un diseño versátil para que el desplazamiento fuese más sencillo. En la parte de atrás lleva la forma de una torre y en el espaldar el diseño de una cruz del rey", cuenta Andrés Felipe Escalante.
Jaque mate fue una de las silla que ganó el concurso.
El detrás de bambalinas de un diseñador industrial
A punto de terminar su etapa de colegio, con 16 años, Sara Gabriela Castro, estudiante del colegio Nuestra Señora del Pilar, tiene claro que lo suyo es el Diseño Industrial. Desde hace un tiempo sigue desde muy cerca las dinámicas de esta profesión, asistiendo a talleres y concursos, porque sabe que esta es una gran oportunidad para guiar su corazonada.
No subestima el objeto que le ha correspondido diseñar, sabe que caer en lo común es una línea delgada y casi invisible en la que caminan muchos creadores de objetos, por eso en su silla busca transformar la mirada cuadriculada de este elemento y usar otras figuras, como el círculo, para variar algunas de las partes del objeto.
Al concurso también respondió Sebastián Malaver García, estudiante del colegio Guillermo Cano Isaza. Sus profesores lo animaron a él y sus compañeros para representar su institución y de paso medir sus capacidades en la elección de estilos de decoración. Por ahora no define si su camino está en Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial o Diseño Industrial, tiene un año para definir su futuro, así que por ahora se deja llevar por su curiosidad.
La silla que diseñó él y su equipo estuvo pensada en pacientes y familiares que deben esperar horas y horas en salas de hospitales a ser atendidos; el objetivo es que quien la utilice pueda superar los 30 minutos sin cansarse de ella.
En la primera parte de la jornada, los estudiantes debían desarrollar el boceto de su silla.
Tatiana Buitrago es la estudiante de sexto semestre de Diseño Industrial que estuvo encargada de guiar Sebastián. Le gusta trabajar en inmobiliarios y por eso sabe que estos espacios sirven para fortalecer los conocimientos, a partir de la enseñanza a otras personas. De su experiencia como tutora cuenta que se ha sorprendido bastante con las habilidades de sus aprendices.
"Los chicos saben usar muy bien el programa, creo que me ganan en algunas cosas, pero más allá de los conocimientos técnicos, tienen una idea clara de lo que quieren hacer con la silla y mi labor es asesorarlos, darles algunas ideas de lo que es diseñar con el uso de curvas, volúmenes para salir de lo plano".
Algo similar vivió Camila Guerrero, también de sexto semestre de Diseño Industrial de Utadeo. Para ella esta experiencia le permite aportarles un granito de lo que sabe a estos jóvenes, además de guiarlos en su interés por estudiar esta carrera. Uno de los retos fue enseñarles a pensar en dimensiones y abandonar lo plano, y cuadriculado, mostrándoles algunas opciones como Bauhaus y sillas ergonómicas que ya han sido diseñadas.
"Siento que aprender de SolidWorks también fue un reto para mí, porque no lo sé manejar en un 100 %. Sin embargo, me siento muy segura en cuanto a diseño y formas porque lo hemos trabajado desde primer semestre".
Camila Guerrero y Tatiana Buitrago, dos de las estudiantes de Diseño Industrial de Utadeo que participaron como tutoras.
La mirada de los expertos
Para el profesor Fernando Álvarez de la Escuela de Diseño de Producto este es un concurso fantástico porque está involucrando a los posibles futuros diseñadores, estudiantes de colegios a quienes se les nota que les gusta. Comenta que diseñar una silla nunca es fácil, siempre va a ser de lo más difícil que hay, por eso también cuentan con el apoyo de los estudiantes de Diseño Industrial, quienes están reafirmando sus conceptos.
"Nos han sorprendido gratamente con estos diseños en los que se buscó la ergonomía, el estilo, la estabilidad, detalles que se evaluaron en las tres sillas ganadoras".
Por su parte, en su tarea de jurado, Valentina Mejía, egresada de Utadeo y especificadora de proyectos de Duratex, comenta que entre las tendencias de diseño interior está, por ejemplo, el BoConcept, el Escandinavo, el Japandi que están marcando una línea en el mercado.