Imprimiendo recuerdos

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Viernes, Agosto 25, 2017
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En el marco del Festival n_n, el colectivo Regio trasladó la Imprenta Relámpago a Utadeo. Compartieron con los estudiantes la paciencia y pasión que caracterizan el oficio de la impresión tipográfica.
Fotografía: Laura Vega - Oficina de Comunicación

Hipólito Sierra, trabajador de los Ferrocarriles de la Sabana de Bogotá, compró la Imprenta Relámpago en la década del 60 para dejársela a sus hijos como herencia.  

Letras de madera, máquinas, papeles de colores y tinta cuentan los orígenes del diseño gráfico en Bogotá, un oficio que vivió su época dorada promocionando las corridas de toros, las peleas de lucha libre, los partidos de Millonarios y los datos funerarios de algún bogotano encorbatado.

50 años después, Luis Hugo Sierra, nieto de don Hipólito, está a cargo del taller. A pesar de poner su corazón en la imprenta afirma que es un negocio agonizante, pues además de que el Distrito ha prohibido empapelar la ciudad, los jóvenes diseñadores se han inclinado por la inmediatez y precisión de la era digital.

 

 Hugo Sierra, dueño de la Imprenta Relámpago, y Sergio Aristizábal, líder del colectivo Regio.

 

La Imprenta Relámpago ha estado en la familia Sierra durante 3 generaciones, pero solo hasta el pasado 23 de agosto dejó el local para convertirse en un taller itinerante. El colectivo Regio, en el marco del Festival n_n, invitó a Hugo a Utadeo para compartir con los estudiantes la paciencia y pasión que caracterizan el trabajo de impresión tipográfica.

Sergio Aristizábal y Ana Varela, líderes del colectivo, quisieron traer toda la maquinaria del taller y sacarla de contexto.

La idea fue ponerla en “un lugar donde se enseña diseño gráfico, pero en donde la mayoría de diseñadores no saben hacer este tipo de cosas que tiene que ver con el inicio del diseño”, señaló Sergio.

El nombre de la intervención fue Tiempo y ocasión y buscaba suscitar reflexiones acerca de la inmediatez y volatilidad del trabajo actual.

 

 

“Me da para vivir, para sostener el local, pero esto ya está agonizando. Gente para esto ya no se consigue”, afirmó Hugo.

Actualmente, Relámpago imprime carteles para las juntas de acción comunal, campeonatos de fútbol, campeonatos de microfútbol, competencias de tejo, billar, fiestas y bazares.

“Este cartel usted lo pega y no tiene el problema. En cambio el cartel de hoy en día si le cae una gotica de agua, se mancha y para pegar es un camello. Usted al tradicional le echa el engrudo y primero se cae la pared antes que el cartel”, explicó Hugo.

 

 

Sergio calcula que la elaboración de un cartel con impresión tipográfica puede durar hasta dos horas, lo cual es un contrapeso al universo tecnológico actual, en donde todo es rápido y fácil.

Por eso “en los oficios clásicos uno también encuentra satisfacción y cosas muy bonitas, reflexiones que vale la pena hacerse: mi trabajo cuánto vale, por qué hago lo que hago, cuánto me demoro haciéndolo, cuánto esfuerzo conlleva, qué tanta satisfacción me deja”, señaló Sergio.

Considera que Hugo y él son diseñadores, solo que trabajan en plataformas distintas.

Para Hugo, su visita a Utadeo fue inolvidable. “Se siente uno como halagado, como en otro mundo. Es traer una historia, porque esto se llama la historia de las artes gráficas. Haber venido fue una cosa en la vida… será para un recuerdo”.

 

 

María Alejandra Navarrete

Oficina de Comunicación

Fotos

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