Stop Killer Robots: la realidad de las armas autónomas
Con el rápido desarrollo de las armas robóticas, las máquinas están comenzando a tomar el lugar de los humanos en el campo de batalla. Varios sistemas de armas autónomas con niveles decrecientes de control humano están en uso y desarrollo actualmente por ejércitos de alta tecnología incluidos Estados Unidos, China, Israel, Corea del Sur, Rusia y el Reino Unido.
La preocupación es que los avances en inteligencia artificial, como sensores de movimiento, están haciendo muy práctico diseñar sistemas de armas que tendrían objetivos y atacarían sin ningún control humano. Si la tendencia hacia la autonomía continúa, los humanos saldrían del ciclo de la toma de decisiones en ciertas acciones militares, tal vez manteniendo únicamente un rol de supervisión limitado o simplemente estableciendo parámetros sobre la misión.
Este nuevo tipo de armas podrían seleccionar y abrir fuego a blancos por su propia cuenta, con base en algoritmos y en respuestas automáticas. Una capacidad que pondría en riesgo la protección de civiles y el cumplimiento de las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y de los Derechos Humanos (DD.HH).
Permitir que las máquinas tomen decisiones de vida o muerte cruza una línea moral fundamental, ya que estas carecen de juicio humano y de la capacidad de comprender un determinado contexto. Estas cualidades son necesarias para tomar decisiones éticas en un campo de batalla dinámico, distinguir entre soldados y civiles, y evaluar la proporcionalidad de un ataque. Estas armas no cumplirían los requisitos mínimos de las leyes de la guerra.
Además, el sustituir tropas humanas por máquinas provocaría que la decisión de ir a la guerra sea más fácil de tomar. El uso de estas armas crearía un vacío de responsabilidad, ya que no habría claridad sobre quién sería legalmente responsable por las acciones de un robot.
Por su particularidad, este asunto involucra especialistas de diferentes disciplinas como: personal militar, científicos, éticos, filósofos y abogados, entre otros. Quienes han evaluado el desarrollo y el uso futuro de estas armas, desde varias perspectivas: su utilidad militar, los costos, las políticas, la normativa y el componente ético.
De igual manera, el tema ha sido discutido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Consejo de Derechos Humanos. Varios gobiernos han sugerido que el mejor espacio para discutir este problema es la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW, por sus siglas en inglés); un foro permanente de la ONU para la regulación de las armas convencionales, apoyado por más de 100 Estados y personas influyentes en el área humanitaria y militar.
Para ampliar la discusión en Colombia, Utadeo y la Campaña Colombiana Contra Minas llevarán a cabo el Foro Stop Killer Robots, el próximo 4 de abril. En el evento participarán académicos y políticos nacionales e internacionales, quienes discutirán los dilemas éticos que existen desde la programación de las máquinas o sobre los derechos humanos.
Conozca más información sobre el evento.