Vivencias de la revolución cultural: memorias de colombianos en China

Vivencias de la revolución cultural: memorias de colombianos en China

Destacadas
Vivencias de la revolución cultural: memorias de colombianos en China
Miércoles, Mayo 20, 2015
Compartir en
¿Sabía usted que "La estrategia del Caracol" de Sergio Cabrera fue inspirada en una fábula china? Esta y otras anécdotas fueron compartidas por los panelistas en la primera sesión de “Vivencias: Wǒ shì gēlúnbǐyà rén”.
Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

Del 19 al 21 de mayo, los asistentes a la Biblioteca Museo Carlos Lleras Restrepo de Utadeo han sido testigos del desborde de recuerdos, sentimientos y añoranzas por cuenta de las experiencias de algunos colombianos durante su estadía en China. Precisamente, este es el objetivo de Vivencias: Wǒ shì gēlúnbǐyà rén”, evento que ofrece un viaje al pasado y presente del país oriental a través de fuentes de primera mano; un recorrido que mezcla lo histórico con lo emotivo, los avatares políticos e ideológicos del gigante asiático con las anécdotas más recordadas por los protagonistas de este encuentro. Como lo destacó Enrique Posada en el acto de bienvenida al evento “vamos a recordar con una capacidad que sólo tiene la palabra: la memoria de cuando llegamos a China”. El evento es realizado en el marco del segundo aniversario del Instituto Confucio de Utadeo. 

La sesión inaugural, llevada a cabo el 19 de mayo, tuvo como actores principales a los hermanos Marianella y Sergio Cabrera, además de Enrique Posada, Antonio López y Fernando Molina, quienes abordaron desde distintos matices y percepciones el antes, durante y después de la revolución cultural de Mao Tsé-tung. Esta época, situada entre los años sesenta y setenta, es para Posada una década fundamental para el futuro de China, puesto que buena parte de la ideología maoísta aún se conserva en el país oriental. Esta primera sesión, se convirtió en una charla amena entre amigos, moderada por Mauricio Martínez, quien se encargó de compilar los recuerdos más notables de estos personajes en temáticas como la vida personal, el choque cultural al llegar a china, los procesos y la participación política, así como la readaptación a la sociedad colombiana.

A manera de introducción, Martínez celebró que este tipo de eventos se lleven a cabo en el seno de la academia, puesto que existe un profundo desconocimiento sobre la realidad de China y de su cultura, dado que este país es mucho más que los lugares turísticos y las historias que ha construido occidente sobre él: “China estuvo dormida durante siglos, pero en los últimos 30 años ha resurgido de una manera asombrosa. Sin embargo, nos falta mucho por conocer acerca de la literatura y el arte chino”.

Posteriormente, los hermanos Cabrera relataron las circunstancias que motivaron el traslado de su familia a tierras chinas. Sergio y Marianella, hijos de un actor de doblaje español y una actriz colombiana, tuvieron que dejar Colombia luego de que su padre fuera despedido de la televisión. A los ocho años de edad, la hija menor de Fausto Cabrera junto con su hermano de diez años, pisaron por vez primera tierras asiáticas tras recibir una invitación del gobierno comunista. Estando en ese país, fijaron su residencia en el Hotel de la Amistad en Beijing, un lugar destinado por el Estado para la comunidad latina que iba a trabajar en la capital de ese país. Marianella aún guarda en su memoria los tiempos del internado en Pekín antes de iniciarse la revolución cultural. Por su parte, Sergio recuerda la época de pobreza y racionalidad de los recursos, hecho que se hacía evidente en los bonos limitados para comprar ropa, calzado e incluso elementos de aseo personal.

Para ese entonces, los zapatos de tela y los vestidos uniformizados se convertían en el símbolo de un país marcado por la pobreza más no por la indigencia, ya que cada uno de sus habitantes contaba con trabajo y estudio. Y es que no era para menos, pues tras el fracaso del “Gran salto hacia adelante” en 1961, el país quedó sumido en la hambruna más grande de su historia. Sin embargo, como lo relata Marianella, su vida transcurrió en una inmensa felicidad, pues vivían en la austeridad pero tenían todo lo que necesitaban; además adaptarse a las costumbres y la gastronomía china fue un proceso simple que no duró más de tres meses. Este mismo sentir es compartido por Fernando Molina, quien aseguró que el viaje a China cambió lo que era él en ese entonces y su forma de ver el mundo. Como lo comentó este fotógrafo y cineasta colombiano, la colonia latina en China era relativamente grande entre los demás grupos extranjeros. Allí, todos los niños aprendieron a hablar rápidamente mandarín, olvidando con ello su lengua materna.

Por su parte, Enrique Posada, quien llegó a China en febrero de 1965 en compañía de su esposa y sus dos hijos, recordó que viajar al país oriental era considerado casi un delito o un “pecado” en Colombia, y por lo tanto, quien se atrevía a hacerlo estaba condenado al ostracismo laboral y social tras su llegada, al ser calificado como colaborador del comunismo. Para ese entonces, según lo relató el hoy director del Instituto Confucio de Utadeo, “China se encontraba bloqueada política y económicamente por todos lados” mientras que la colonia latinoamericana, en su mayoría compuesta por ciudadanos cubanos dada la filiación política entre ambas naciones, no superaba las sesenta familias, de las cuales cinco eran colombianas. Posada, quien para ese entonces se desempeñaba como escritor del Instituto Confucio, vivió junto con su familia las facilidades que brindaba el Estado benefactor: “éramos felices porque no nos cobraban arriendo, no pagábamos impuestos y no había un sistema de facturación”.

Sin embargo, un año después, Mao logró afianzarse en el poder a través de la revolución cultural proletaria. Para Posada, este hecho significaba que Tsé-tung nunca se resignó a perder el poder y por ello apeló a la masa, y en especial al obrero, el campesino y el estudiante para que se disputaran el poder en cada una de las instituciones en la que estos se encontraban. De igual forma, el economista y periodista evocó aquel momento en el cual se dio inicio a una de las revoluciones políticas más importantes de los últimos tiempos: “recuerdo que me encontraba en el Instituto, cuando de repente por el puente blanco, muchas personas con banderas blancas comenzaron a gritar: viva el presidente Mao”. Ese mismo día, según lo comentaron los panelistas, se cerraron los colegios y las universidades, al tiempo que se destruyeron las obras de arte, mientras que ciertas manifestaciones artísticas como la Opera de Pekín y el cine chino se conviertieron en poderosas herramientas de propaganda del sistema político maoísta. Al cerrarse el Instituto, Enrique Posada y su esposa, quien se desempeñaba como profesora de español, quedaron sin empleo. Sin embargo, Posada es contratado por la agencia de prensa estatal Xinhua, de la cual formó parte como periodista.

Este suceso revolucionario fue percibido por Marianella y Sergio Cabrera como un proceso marcado por la incertidumbre, dado que tan sólo un año antes de estallar la revolución cultural sus padres habían regresado a Colombia. La pareja de hermanos, por indicación de sus padres, se mudaría al Hotel de la Paz, del cual eran los únicos residentes. Tras este tiempo libre, los hoy reconocidos cineastas decidieron ir a trabajar en la comuna, donde recolectaban coles. Posteriormente, fueron a trabajar a una fábrica de relojes suizos, en la que Sergio manejaba una maquina, mientras que Marianella era la encargada de ubicar los tornillos. Luego, la también profesora de mandarín, hizo parte de los cursos de adoctrinamiento del maoísmo; según ella el culto y adoración a Mao se hacía cada vez más evidente, a tal punto que antes de empezar la jornada laboral, los trabajadores se reunían alrededor del retrato del político chino, se gritaban consignas a su favor y se aprendía el pensamiento maoísta a través del “libro rojo”.

Del mismo modo, Sergio Cabrera recuerda su llegada a los Guardias Rojos, quienes publicaban todos los acontecimientos que estaban pasando en China, así como el fanatismo que se daba en torno a Mao y su doctrina, llegando incluso a dar paso al tráfico vehicular alzando el libro doctrinal. Para Cabrera este asunto “fue una manipulación espantosa de la población”. En ese aspecto, Cabrera reiteró que la revolución cultural buscaba todo, menos el fortalecimiento de la cultura, pues esta política había eliminado todo vestigio de libertad de expresión, a tal extremo que sólo había seis películas autorizadas para difundir en salas.

Para Fernando Molina la revolución cultural significó un mayor acceso a los mejores maestros, pero a su vez fue un sistema en educación de valores que en ocasiones conducía a la irracionalidad y al extremismo, como lo es el caso de un grupo de más de cien personas que murieron ahogadas tras intentar salvar de las aguas a una pareja de esposos, bajo la consigna maoísta: “hay que vivir por el pueblo”. Sin embargo, para Enrique Posada estas máximas de Mao hacían que el líder político fuera percibido como el salvador de la raza china; para Posada, tan solo dos figuras han marcado la historia del país asiático: Confucio y Mao: “la China actual se le debe a Mao, aún con sus errores”.

Como uno de los temas finales de la noche,  los invitados describieron algunas de las políticas concernientes a la familia, entre ellas el control prenatal y la edad mínima para casarse. En cuanto a los medios de comunicación, Fernando Molina recordó las emisiones de Radio Pekín en español, así como el incipiente desarrollo de la televisión. Por su parte, Sergio Cabrera aseguró que los medios estaban centrados en el Estado, y tan sólo unos pocos como “Noticias para reflexionar” fungían como una prensa alternativa pero de venta restringida.

Al cierre de la charla, los protagonistas de esta década en China relataron cómo vivieron el choque cultural, tras el regreso a Colombia. Para Marianella esta situación se resumió en la incertidumbre entre no ser chino pero haber dejado de ser colombiana: “tras mi llegada a Colombia, sentí que no pertenecía a este lugar. Ya no recordaba el español, por lo cual me convertí en una persona aislada y aún en la comunicación con la gente sufro mucho”. Este mismo sentimiento fue compartido por Enrique Posada y Antonio López quienes vivieron una suerte de desarraigo. En contraste, Sergio Cabrera confesó que gran parte de su pensamiento fue influenciado por lo aprendido en China: “mi película la Estrategia del caracol está basada en una fábula china llamada el viejo tonto que removió las montañas”.

Fotos

Comentarios

Felicitaciones compañeros, excelente resumen. Abrazos.

Añadir nuevo comentario

To prevent automated spam submissions leave this field empty.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

Institución de Educación Superior sujeta a inspección y vigilancia por el Ministerio de Educación Nacional.