Por: Gabriel Villalobos
La mejor propaganda acerca de los autos eléctricos que he visto no habla de sus bondades técnicas, ecológicas o sex-appeal. Un caricaturista gringo lo puso en términos muy sencillos: desde hace 100 años los carros funcionan con un motor de combustión, haciendo explotar gasolina a menos de un metro de nuestro frágil cuerpo. [1]. Este logro ha sido realidad gracias a una nueva empresa, Tesla Motor, que cambió todas las reglas del juego. Tesla vende sus carros por internet sin intermediarios y tiene estaciones de carga gratuitas entre las ciudades más grandes de estados unidos. Esto soluciona el problema de la autonomía de los autos eléctricos, uno de los miedos más grandes de un posible comprador.
En el otro extremo del mundo (futbolísticamente hablando, por lo menos), está Uruguay. Allí un gobierno popular, de izquierda, ha intentado resolver un complicadísimo problema de salud pública como es el consumo de marihuana a través de la legalización de la producción y comercialización del cannabis. Y en esto han ido mucho más lejos que los estados gringos como Washington, porque se trata de una legislación nacional y no local.
Resulta ser que estos dos hechos, al parecer bastante legalistas y abstractos, tienen implicaciones para el desarrollo de la ciencia y el conocimiento. Tesla (en lo que al primer lugar parece guiado por la ingesta de humo producto de hojas que estaban en incipiente estado de maduración), ha decidido liberar su portafolio de patentes. Desde hoy mismo los ingenieros y abogados de GM, Renault y Mercedes no tienen por qué devanarse los sesos para re-inventar la rueda; simplemente pueden copiar los exitosos diseños de Tesla y producir autos que nos ayuden a disminuir nuestra dependencia al petróleo [3]. Más aún, los autos eléctricos que ellos construyan pueden también usar las estaciones de carga que Tesla ya ha dispuesto en Estados Unidos. Por otro lado los científicos uruguayos, libres de las ataduras legales que imposibilitan la investigación del cannabis en los laboratorios del primer mundo, han comenzado a analizar la planta; lo cual puede llevar a avances en el tratamiento del dolor [3]. Tenemos dos apuestas que contradicen las soluciones canónicas impuestas por voces de mucha autoridad, arriesgando a cambiar el paradigma. Esperemos si pueden llegar a buen puerto.
[1] “What is like to own a Tesla Model S”. The Oatmeal. “http://theoatmeal.com/comics/tesla_model_s”
[2] “Legal highs make Uruguay a beacon for marijuana research”. Science. http://news.sciencemag.org/biology/2014/06/legal-highs-make-uruguay-beacon-marijuana-research
[3] “All Our Patent Are Belong To You”. Tesla Motor Blog. http://www.teslamotors.com/blog/all-our-patent-are-belong-you
