En jaque la independencia de los bancos centrales
La inflación ha sido un fenómeno que, históricamente, ha estado ligado a las políticas populistas de algunos gobiernos, que en su afán de beneficiarse electoralmente, abusaban de los estímulos de crecimiento económico, en parte, porque la mayoría de estos bancos centrales eran controlados por los gobiernos de turno. De allí que naciera la necesidad de brindar autonomía al emisor, lo cual condujo a un periodo de prosperidad y estabilidad de precios. Sin embargo, esa armonía macroeconómica estaría a punto de romperse por cuenta de las medidas tomadas por Trump en torno a la independencia de la Reserva Federal, considerado el banco más importante del mundo. Así lo señala el profesor emérito de Utadeo, Salomón Kalmanovitz, en su columna de opinión en El Espectador.
“El presidente pretende nombrar a dos de sus compinches en las altas posiciones de la entidad, ambos perfectamente incompetentes. Acosa con frecuencia al director de la institución para que adopte una política de bajas tasas de interés, algo que ya logró. Tal política puede desatar presiones inflacionarias en EE. UU. y en todo el mundo, y ha provocado ya una devaluación del dólar”, sostiene.
Agrega que Trump ha aprobado reformas tributarias irresponsables que han beneficiado a los más ricos de su país, disminuyendo el recaudo y aumentando el endeudamiento del gobierno, orientación que ha sido asumida por varios países, entre ellos por el gobierno Duque y la bancada Uribista, que planteó una reforma tributaria que recauda 70 billones de pesos de la clase media pero devuelve 90 billones de pesos a las empresas y a los más ricos.
Por otro lado, citando a la evaluadora de riesgo Fitch y Standard & Poors, Kalmanovitz muestra su preocupación por la pérdida de la confianza internacional de Colombia en términos del cumplimiento de las reglas fiscales que, en dos oportunidades, ha roto el Gobierno Duque: “Eso significa que si degradan la calificación de Colombia, deberemos pagar tasas de interés bastante más altas a los que se arriesguen a adquirir bonos del Gobierno colombiano. Esa es una diferencia básica entre el país que puede abusar de su posición dominante en el globo y un país pobre y dependiente del financiamiento internacional de sus faltantes fiscales”.