Para Alexandra Zambrano, estudiante del programa de Diseño Gráfico, no existe el talento innato, tampoco la suerte ni el azar, sino más bien el rigor, la disciplina, pero ante todo, el amor y la pasión por lo que se hace. Este pensamiento la ha llevado a obtener en tres ocasiones la Beca a la Excelencia Académica, la última de ellas fue el pasado 29 de noviembre, fecha en la que setenta estudiantes de treinta programas académicos obtuvieron este máximo reconocimiento por poseer los promedios ponderados más altos de sus carreras, durante el segundo semestre de 2016 y el primero de 2017.
Algo similar sucede con Carlos Eduardo Hurtado, quien por segunda vez consecutiva obtiene la Beca. Para él, mantenerse en la cima solo es posible a través de la persistencia, no confiarse y contar con el apoyo de la familia. Pero sin duda, para este estudiante del programa de Ingeniería Química, el ingrediente principal es tener expectativas altas y sobresalir: “Más que algo propio me parece algo bonito para mi familia. Ellos son los que realmente se merecen esto, por todo el esfuerzo que han hecho por mí, y es lo mínimo que puedo hacer”, comentó Hurtado.
“Hoy nos invade un hondo sentimiento de admiración”: Margarita Peña
En su discurso ante los ganadores y sus familias, la vicerrectora Académica de Utadeo, Margarita Peña, resaltó que los becarios son un modelo a seguir por sus compañeros, al tiempo que los invitó a convertirse en monitores y liderar los procesos investigativos al interior de los semilleros: “Su apoyo puede ser definitivo para otros estudiantes y un soporte definitivo de indudable valor para sus profesores. También queremos que estén liderando los semilleros de investigación y que permanezcan en contacto con los Grupos de Investigación, que se involucren en nuestros muchos voluntariados, y que con mucha claridad planteen sus proyectos. Sabemos que ustedes son unos exploradores, al igual que nuestros fundadores, y es por eso que los invitamos a dejarse permear por la curiosidad”.
La vicerrectora destacó que Utadeo, al ser una Universidad centrada en el estudiante, con espíritu investigativo, innovador y emprendedor, genera en estas becas un reconocimiento a la disciplina, esfuerzo, inteligencia y dedicación de sus estudiantes, pero al mismo tiempo son una expresión de gratitud al esfuerzo hecho por las familias, que ven en la educación el mejor legado para su descendencia: “Con su esfuerzo están haciendo significativa la experiencia de aprender, enriqueciendo su paso por la Universidad, dejando una huella que más adelante traerá nuevos frutos y más altos triunfos en su carrera profesional”, finalizó la directiva.
La excelencia tadeísta, un referente para la sociedad
Carlos Hurtado, padre de Eduardo Hurtado, se siente más orgulloso que nunca. Sabe que la Beca a la excelencia académica es una recompensa al esfuerzo de su hijo y de la familia: “Esta es su proyección personal y profesional. Sus sueños se materializan de manera progresiva. El entusiasmo se ve reflejado en estos pequeños pero simbólicos momentos”, destacó el padre del tadeísta, quien recuerda los trasnochos y sacrificios que ha compartido en el transcurso de la carrera con su hijo.
Terminada la ceremonia, Alexandra sale del Aula Máxima con la frente en alto y con su tercer diploma de becaria. Esta estudiante, que ama la ilustración y el diseño editorial, sabe que posiblemente esta no será la última beca que obtendrá, pues como ella misma lo aconseja: “Cuando hacen sus trabajos no piensen solo en la tarea o como algo que es obligatorio, sino más bien piensen que es algo que quisieron hacer para el resto de sus vidas, y si lo hacen con pasión, van a ser los mejores en lo que sea que hagan”.