La investigación que sirvió de base para el libro Estilo, oficio y arte editorial: El Malpensante nació casi desde que su autor, Yhonathan Virgüez Rodríguez, comenzó sus clases de maestría en Estética e Historia del Arte en Utadeo, hace cinco años.
Como licenciado en arte, diseñador gráfico y profesor, Virgüez ha tenido siempre la inquietud de que el diseño gráfico no ha sido bien catalogado dentro de la historia del arte.
“Quería, entonces, asumir el reto de poder darle un lugar con las herramientas de la historia del arte al diseño gráfico. Empezar a narrarlo de una manera distinta a la sola utilización de grandes catálogos de imágenes”, explica el autor.
En este punto nació el deseo de vincular una revista cultural a su búsqueda. De acuerdo con el autor, “sentí que sería una bella posibilidad trabajar con El Malpensante, lo cual coincidió con la celebración de sus veinte años. Ellos también necesitaban saber cuál era su historia visual y organizar un poco los documentos que tienen, que no son pocos; estamos hablando de los aportes de unos 600 ilustradores en dos décadas y de aproximadamente 4.000 imágenes. Asumí el reto y emprendí la investigación”.
Virgüez señala que echó mano de la Sociología del Arte de Arnold Hauser para desarrollar su trabajo. “Este método –explica- permite contemplar el contexto; en ese orden de ideas recurrí a entrevistas, se revisaron las fuentes primarias y secundarias y se hizo una clasificación de estas obras; a partir de ello propuse un punto de vista, que no es finalizado. Es más una opinión que quiero compartir con los demás y ver cómo la reciben”.
El resultado de este concienzudo trabajo verá oficialmente la luz el viernes 26 de abril a las 5:00 de la tarde, en la sala Jorge Isaacs de FilBo 2019. En entrevista, Virgüez habla de sus motivaciones frente al desarrollo de esta investigación y de lo que podrán encontrar los lectores y los seguidores de El Malpensante.
¿Qué buscaba con esta investigación?
Como ilustrador he venido notando que la explicación que se da de la ilustración tiende, generalmente, a quedarse escasa; suele ser de tipo enciclopédico o de diccionario: “Está esto y significa esto”. Con este trabajo quiero aportar una narrativa diferente y revelar que se trata de un mundo supremamente complejo, del que no solo hacen parte el ilustrador y el autor, también el editor, el diseñador y una estética que implica una negociación de emociones y de significado.
¿Qué van a encontrar los lectores con este libro?
Una riqueza visual increíble. El Malpensante es una de las revistas culturales más importantes de Latinoamérica, y sus autores han trabajado fuertemente para ser reconocidos desde su gráfica; además, se puede comparar con Squire, The New Yorker, Atlantic… Los lectores van a encontrar una reflexión en torno a cómo se hace una revista y cuál es su idea, porque ellos tratan de representar unos valores, de ser paradójicos, de ser polémicos, y todo esto tiene que analizarse desde las imágenes. Hay una riqueza visual muy bonita, construida durante veinte años de historia, de ilustradores nacionales e internacionales de gran talla.
¿Y cómo recibió ‘El Malpensante’ el proyecto?
Muy bien. La revista que recibimos es un trabajo final, que tiene detrás muchas horas de corrección editorial, de textos y de imágenes; de discusiones, peleas, tensiones y trabajos con la ilustración. Ellos agradecen poner todo eso en evidencia, están complacidos de que se les reconozca un trabajo polémico… Porque El Malpensante ha sido una revista polémica, y por ello mismo merece ser reconocida.
¿Se planteó en algún momento la idea de trabajar con una publicación distinta a ‘El Malpensante’?
En la historia de Colombia existen otros referentes que vale la pena reconocer, como El Magazín, de El Espectador; Lecturas Dominicales, de El Tiempo; Arcadia, Número y Vice, que está haciendo algo interesante con la imagen; hay otras como Bacánika y Cartel Urbano, mucho más jóvenes y con otros intereses. Y si uno sigue mirando, Papel periódico ilustrado tiene un análisis completo, pero faltaría abordarlo un poco más desde el arte al grabado, específicamente. Ahora, entre los proyectos independientes El Malpensante ha sido una referencia para otras revistas noveles, sobre todo porque se la han jugado para sobrevivir económicamente, para que sea un proyecto rentable.
¿Tuvo la ocasión de chequear ejercicios similares, en el curso de esta investigación?
Bueno, en Europa y Estados Unidos ya se hicieron ejercicios de este estilo; sobre The New Yorker, por ejemplo, se han publicado ya varios libros sobre su gráfica, el humor y las portadas; hay gran cantidad de trabajos y varios artículos. En Colombia no hay análisis de esta clase. Las publicaciones disponibles generalmente traen un prólogo, una presentación, una conclusión y, por supuesto, imágenes.
Su libro tiene un plus...
Aparte de la catalogación de todas las portadas en veinte años, hay estudios de caso de diferentes épocas; su clasificación y el análisis con los textos. Es algo que no se ha analizado frente a la creación de ilustración y sus categorías.