Liderado por Monseñor Nel Beltrán Santamaría, el grupo de Sainville es una experiencia que reúne una gran diversidad de sectores sociales -líderes políticos, medios de comunicación, empresarios, académicos, organizaciones sociales, comunidad internacional, funcionarios públicos y jóvenes- con el objetivo de propiciar espacios que conduzcan a la reconciliación íntegra y sostenible de Colombia. En la perspectiva del grupo, la reconciliación debe comenzar con la creación de una visión compartida entre los colombianos sobre el país que queremos, construida sobre las bases de una democracia moderna y un Estado transparente que rinda cuentas, que reconozca y respete los derechos de los ciudadanos y mejore sus condiciones de vida en un ambiente de tolerancia e igualdad política y social. La propuesta de paz de Sainville se funda sobre una revaloración de lo público, un compromiso ético sobre la forma como se ejerce la política, que castigue legal y socialmente la violencia y el crimen e incremente su capacidad de crear empleo y bienestar para la población.
En ese sentido, la propuesta del grupo se concreta en tres objetivos:
1. Dar sentido ético e institucional a la política;
2. Instaurar un modelo económico que sea una ruta confiable para superar la pobreza y construir progreso con equidad económica e igualdad política y social;
3. Promover la reconciliación y la paz. La idea es que estos objetivos se conviertan en una hoja de ruta vincule a los futuros gobiernos locales, regionales y nacionales en temas de paz y reconciliación; igualmente, la iniciativa busca romper con el escepticismo ciudadano y Estatal frente a la construcción de la paz como un asunto público, a partir de a partir de la propuesta de una agenda de país basada en los acuerdos mínimos y un sincero llamado a "rejuntarnos", a reencontrarnos, como punto de partida de la búsqueda de la reconciliación social y política de Colombia.
Las propuestas concretas sobre las que ha trabajado el grupo, dentro de los tres objetivos mencionados, son:
1. Dar sentido ético e institucional a la política
La construcción de un modelo político democrático, en el que el Estado se encuentre en todas sus dimensiones en todo el territorio nacional, llevándolo a aquéllas regiones en donde casi no existe, reconstruyéndolo donde éste ha sido capturado por las redes criminales, las mafias y la corrupción. La propuesta también busca fortalecer al Estado para que pueda cumplir sus papeles de proveedor de seguridad y estabilidad, de regulador de la actividad privada y de salvaguarda del interés público; en cuyas instituciones haya un alto sentido de la eficiencia, la calidad, la transparencia y la rendición pública de cuentas.
El cambio a un modelo de gobernabilidad que lleve a la construcción de institucionalidad democrática y evite al máximo fenómenos como el clientelismo o la cooptación de instituciones estatales por grupos ilegales en los niveles regionales. Se pretende que este modelo también fortalezca la separación y el equilibrio entre poderes públicos.
El establecimiento de un modelo de ética pública de lucha contra la corrupción, el clientelismo y la permisividad frente a los actores armados.
Recuperación de una cultura política de respeto a la ciudadanía, de confianza mutua entre los ciudadanos y de pluralismo político en todos los niveles del Estado y la sociedad.
Refuerzo de la política electoral, por medio de la educación en participación ciudadana y el fortalecimiento de los partidos políticos.
Fortalecimiento y diversificación de los actores a quienes está dirigida la política exterior y consolidación de la cooperación regional.
2. Instaurar un modelo económico que sea una ruta confiable para superar la pobreza y construir progreso con equidad económica e igualdad política y social.
Generación de un modelo de desarrollo nacional que genere crecimiento económico equilibrado, que modernice y diversifique la estructura productiva del país, que respete el medio ambiente, y que tenga como ejes centrales a las personas y al trabajo. Dicho modelo debe incluir: justicia social; lucha frontal contra la miseria y la pobreza, generación de trabajo y de riqueza, y un compromiso del Estado y la sociedad para eliminar la desigualdad extrema y para promover empleo productivo formal. El modelo propuesto debe incluir una política educativa de calidad que no reproduzca inequidades, una más equitativa distribución de las riquezas, una redistribución de la tierra (en orden a eliminar una de las causas más profundas de la violencia en el país) y la consolidación de un modelo fiscal justo, que favorezca a todos los sectores productivos.
3. Promover la reconciliación y la paz.
Reconocimiento del conflicto y de su gravedad, así como de los daños causados durante décadas de confrontación armada y reparación de las injusticias cometidas.
Recuperación del monopolio legítimo del Estado sobre el uso de la fuerza.
Formulación de políticas de seguridad y de desarrollo de largo alcance, que no dependan de las agendas de los grupos armados ilegales.
Búsqueda de los caminos más expeditos y menos costosos en vida humanas para lograr finalizar el conflicto.
Fortalecimiento de los valores democráticos y del respeto a los derechos humanos.
Diseño de una propuesta sólida de reincorporación a la vida civil de los ex combatientes de grupos armados ilegales.
Diseño de una política de desincentivos de las economías de guerra, tales como el narcotráfico.
Búsqueda de los mecanismos idóneos para asegurar la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas. Este propósito, como los otros antes señalados, debe estar enmarcado en una política de construcción de paz a largo plazo, que no cambie con las coyunturas políticas.
Estas grandes metas se han plasmado en un documento de acuerdos básicos después de varias reuniones de los miembros del grupo celebradas en diferentes lugares del país. Con base en este documento de trabajo, Monseñor Nel Beltrán y su equipo han visitado varias ciudades de Colombia - Medellín, Manizales, Valledupar, Bucaramanga, Barrancabermeja, Pasto- con el fin de difundir el texto del acuerdo y convocar a múltiples sectores (universidades, organizaciones no gubernamentales, iglesias, líderes, etc.) a conformar los equipos regionales de Sainville.
En todos estos lugares el proceso ha estado compuesto de 5 aspectos: sensibilización, conocimiento de la iniciativa, comprensión de los acuerdos, comprensión de la idea del movimiento y posibilidades contextuales de organización regional. Se destaca la autogestión, la amistad, las redes, el trabajo articulado con otras organizaciones o experiencias y líderes de paz y el aprovechamiento de los recursos humanos y económicos y de los contextos regionales para reconocer la oportunidad propicia para la apertura de un capítulo. Estas visitas permitieron recoger los intereses de cada zona y activaron grupos de interés y poblaciones objetivo en cada una de ellas para el logro de un consenso nacional por la reconciliación y la paz del país, desde las especificidades de las culturas y territorios. Dentro de este proceso, el grupo ha contado con el apoyo institucional y de recursos de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y de la Diócesis de Sincelejo.