En septiembre de 2011 el Presidente Juan Manuel Santos y el Primer Ministro de Japón, Yoshihiko Noda, acordaron la creación de un grupo binacional que estudiara la viabilidad de un Acuerdo de Asociación Económica (EPA). Acuerdo que en principio contempla temas comerciales de un Tratado de Libre Comercio con un plus; la cooperación. Siendo los visados, solicitud de mejoramiento en la advertencia de viajes para turistas japoneses que visiten Colombia, cooperación en el post conflicto y tópicos en materia de defensa, asuntos en la agenda bilateral.
Previamente al Acuerdo de Asociación Económica entre Colombia y Japón, la hoja de ruta con miras a fortalecer sus relaciones bilaterales ya establecía un marco jurídico para fomentar y proteger la inversión extranjera directa mediante el Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI), firmado en el año 2011. Tratado que en palabras de la Canciller colombiana, María Ángela Holguín, es una oportunidad que se debe aprovechar puesto al particular interés en la tercerización de servicios, software y servicios de tecnologías de la información, acero, automoción, energías renovables, minería e infraestructura, entre otros.
Sin embargo, el APPRI se ha puesto en mesa de debate por quienes aseguran que la reciprocidad del Acuerdo es incierta.
Por un lado, la parte en desacuerdo; REALCA[1] afirma que el acuerdo no es recíproco en cuanto Japón registra índices inferiores de inversión. Pues aunque ocupe el decimotercer lugar en la clasificación de las economías más atractivas para las compañías trasnacionales, su recepción de IED es débil. Motivo por el cual, REALCA se atreve a señalar que la inversión extranjera según evidencia internacional no es favorable para economías subdesarrolladas. Por el otro lado, en contraposición, se evidencia la importancia del sector agrícola para Japón en el acumulado 2014 – 2015 de los registros de la inversión extranjera, tomados por el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, donde se evidencia a Japón como el mayor inversor de Asia Pacífico en el sector agropecuario en Colombia.
En tanto, y pese a las controversias por el tratado previamente firmando en el año 2011 entre las parte, la negociación para el Acuerdo de Asociación Económica se inauguró un año después.
En la ronda inaugural del año 2012 los países miembros en la negociación determinaron los términos de referencia de la negociación, en la que participarán 16 grupos de trabajo para cubrir las distintas disciplinas del acuerdo, como son la negociación de los aranceles, la resolución de controversias o los temas de servicios e inversión. En el 2013, segunda y tercera ronda, se habló del comercio de bienes y servicios con el objetivo de acercar posturas sobre la reducción de aranceles. En 2014 se celebraron seis rondas de las cuales se concluyó con la negociación del capítulo de Mejora del Ambiente de Negocios, el cierre de tres temas: competencia, telecomunicaciones y entrada temporal de personas de negocios, y la secesión de Grupos de Negociación en materia de Acceso a Mercados de Bienes Agrícolas e Industriales, Reglas de Origen, Defensa Comercial, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Compras Públicas, Comercio Electrónico, Cooperación, Comercio y Desarrollo Sostenible, Propiedad Intelectual, Comercio de Servicios y Asuntos Legales e Institucionales. En la décima ronda del año 2015 hubo una nueva secesión, ésta vez en Reglas de Origen, Compras Públicas, Asuntos Legales e Institucionales, Propiedad Intelectual, Comercio electrónico y Acceso a Mercados de Bienes Agrícolas e Industriales, grupos que a lo largo del año hasta la décimo tercera ronda se registraron avances en las negociaciones concluyendo así 15 de los 18 grupos temáticos.
La última ronda hasta el momento (décimo cuarta), celebrada en Bogotá 2016, abordó dos temas: reglas de origen y reglas de acceso a mercados de bienes bajo el liderazgo del jefe negociador de Colombia, Javier Gamboa, quien dio a conocer avances en materia de criterios generales y procedimientos de origen. Remarcando como en las negociaciones anteriores, la importancia del Acuerdo con la tercera economía más grande en el mundo. Además, tal negociación es un hito histórico que beneficiará las exportaciones colombianas, prometiendo la potencialización del sector agrícola y agroindustrial.
[1] Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el ALCA.