Green Lunch: “El ambiente es víctima del conflicto armado colombiano”

Green Lunch: “El ambiente es víctima del conflicto armado colombiano”

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Green Lunch: “El ambiente es víctima del conflicto armado colombiano”
Viernes, Junio 23, 2017
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Con el fin del conflicto se espera que la deforestación por cultivos ilícitos y las voladuras de oleoductos se acaben, pero ¿cómo se manejarán los recursos ambientales desde ahora?
Fotografías: Coordinación Green Lunch

Uno de los grandes ausentes en el documento del acuerdo de paz firmado con las Farc en la Habana, Cuba, fue el medio ambiente. Con esta afirmación se dio inicio al segundo Green Lunch, una apuesta de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Academia Colombiana de Derecho Internacional, en la que se reúne y se pone a dialogar a expertos sobre temas de derecho ambiental y medio ambiente en Colombia y el mundo. En esta ocasión, el evento se llevó a cabo en las instalaciones de la firma de servicios jurídicos Moncada Abogados, y contó con la presencia de Andrés Barreto, responsable del área de asuntos internacionales de la firma.

La afirmación, hecha por Fabián Cárdenas, profesor titular del Departamento de Ciencias Jurídicas de Utadeo, responde a un estudio juicioso del documento del acuerdo final, en el que se analizó la ausencia de palabras relacionadas al medio ambiente, como “cambio climático”, en los puntos pactados. A esta misma conclusión llegó Gustavo Petro, economista y exalcalde de Bogotá, para quien “ni el gobierno ni las Farc tenían el cambio climático dentro de sus agendas”.

Pero, ¿debería mencionarse el medio ambiente en el acuerdo?

4,1 millones de barriles de petróleo derramados a causa de voladuras de oleoductos y miles de hectáreas deforestadas para la plantación de cultivos ilícitos, son algunas de las cifras que presenta Andrés Charry, docente de la Universidad Sergio Arboleda, para resaltar la necesidad de hablar del medio ambiente como una víctima del conflicto armado, y de su importancia de aparecer en los acuerdos.

Entender al ambiente como una víctima, implica que, por un lado, se dispongan mecanismos específicos para su reparación en las zonas afectadas, y por el otro, se asegure la no repetición de los crímenes. Como insumo a estos retos, Fabián Cárdenas hace una aclaración clave: que no se mencione en el acuerdo, no significa que el medio ambiente no esté presente. Según afirma el profesor, varios de los puntos pactados en el documento tienen que ver, directa o indirectamente, con asuntos de alta sensibilidad ambiental, así no hayan sido mencionados de manera explícita.

También explicó porqué desde su interpretación, el Acuerdo contiene varios principios de Derecho Internacional Ambiental, lo que lo convierte en otro elemento del sistema jurídico que tiene como propósito la conservación ambiental a nivel nacional. Además, debe incluye a la Constitución Política, a los más recientes avances de contenidos en la jurisprudencia de la Corte Constitucional y a los distintos tratados internacionales sobre cambio climático y desarrollo sostenible suscritos por Colombia.

Al respecto, uno de los mayores avances en la materia fue la orden de la Corte Constitucional para la protección del Rio Atrato, al occidente del país, en el que se reconoce al río como un sujeto de derechos. Para Cárdenas, este antecedente sirve para empezar a hablar de derechos bioculturales en el país, una apuesta jurisprudencial que va tomando fuerza en el mundo y que pretende proteger los derechos de la naturaleza y de los grupos indígenas.

La transición al posconflicto abre muchas preguntas sobre el manejo que se le dará al país en temas ambientales. Para Andrés Charry, cuatro son los puntos clave: ordenamiento territorial; entender que lo rural va más allá de lo agropecuario; analizar la actividad extractiva en Colombia, y por consiguiente el modelo económico actual; y finalmente, pensar el manejo institucional que se le dará al tema.

El profesor concluye que es importante pasar de una etapa descriptiva a una propositiva en cuanto a la formulación de estrategias para enfrentar los desafíos ambientales que la paz trae consigo, señalando la necesidad de tomar en cuenta lo procesos territoriales autónomos de protección y conservación natural, el respeto a los procesos de consulta popular que se han venido adelantando en distintos municipios del país, así como la promoción de espacios para la participación en la construcción de los Planes de Ordenamiento Territorial. 

Pero este no es el único gran desafío que tiene el país. Tal como afirma Gustavo Petro, el cambio climático va, y es necesario que el gobierno, los ciudadanos y la academia se detengan a tomar decisiones. Para Petro, el cambio climático es un tema de incertidumbres y riesgos, y por esta razón cree que no se han dado grandes avances en el país. Además que, el cambio climático nos obliga a pensar globalmente y comprender que aunque Colombia no tiene un alto impacto por sus emisiones de carbono, si lo tiene por la exportación de materias primas que contribuyen al efecto invernadero.

Así las cosas, ¿se debe repensar el modelo extractivista y de desarrollo del país? Según el exmandatario, sí, y de paso, pensar en una cultura en la que no se confunda el bienestar con el consumo y en la que se tomen decisiones desde y en favor de los recursos naturales, porque el cambio climático es imparable.

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