Así se vivió el Circo Electrónico Mitheo: encuentro entre el arte y la robótica
Una aberración cibernética, donde habita el Mohán, la Madre Monte, un hada, un duende y la Llorona, hacen parte del universo creado por los estudiantes del programa de Diseño Industrial de Utadeo y de Ingeniería Electrónica de la Universidad Central, en el Circo Electrónico Mitheo, un proyecto que hace parte del Taller vertical Prometeo, que como su nombre lo indica en alusión al personaje de la mitología griega, busca profanar y romper los límites del diseño tradicional. Del 17 al 20 de mayo, se llevó a cabo la instalación de este impresionante encuentro entre el arte y la robótica.
Mitheo, como lo señala Javier Jiménez, profesor del programa de Diseño Industrial, es fruto del esfuerzo en equipo, en el que los estudiantes se convierten en soñadores, a través de un performance donde los prototipos son verdaderas obras de arte, que a su vez retratan una problemática, social, política o ambiental, o como en esta ocasión, una actualización de la mitología colombiana y anglosajona: “Este es un abordaje de la mitología latinoamericana, a través de personajes en movimiento y una puesta en escena multimedia. Quisimos convertirlo en un discurso del diseño a partir de un circo, como ese lugar de fantasía, de profanaciones y de extrapolar los sueños. Por parte de los estudiantes, hay un proceso integrado a sus mismos roles, como la dirección de efectos especiales. Emulamos la estructura de lo que podría ser una productora estadounidense. El tiempo nos ha ayudado a tener límites claros, controlados, formas constructivas que son rápidas, modulares y ensamblables, que utilizan la infraestructura de la Universidad, como el corte laser, para ponerlos en escena”, comentó el docente.
El circo, a modo de un “freakshow” o espectáculo de fenómenos, con ciertos tintes de un Frankestein moderno y el sombrerero de Alicia en el País de las Maravillas, ofreció a los espectadores, que se acercaban al hall principal del módulo 2, toda una experiencia en torno a los nuevos cimientos del mundo cibernético, tal como lo relata Seimus, personaje que encarna al dueño de este espectáculo visual.
Por su parte, María Pulido, estudiante de Diseño Industrial e Ingeniería de Automatización, relata que el proceso de conceptualización de esta puesta en escena se dio luego de una ardua investigación acerca de los mitos y cómo estos se transformaron en la sociedad: “Estuvimos trabajando continuamente con los ingenieros de la Universidad Central. Todo el tiempo nos retroalimentábamos no solo en habilidades de diseño, sino también ampliando nuestro campo profesional, en ámbitos como la electrónica, la automatización y los sistemas”.
Según lo explica Pulido, los ocho chasises creados por los estudiantes de la Universidad Central fueron maquillados y convertidos en arte, gracias a la técnica de la papiroflexia u origami, que consiste en plegados de papel sin usar tijeras ni pegamento para obtener figuras de formas variadas. De esta manera, los prototipos cobraron vida en los personajes del circo: “Fueron días enteros en los que trabajamos en el proyecto. El trabajo era demasiado ambicioso. Queríamos estar en un lugar importante de la Universidad. Tener chasises completos, con programación, estética e indumentaria que se requería. Fue un sacrificio muy grande que dio sus frutos”, comenta la estudiante, quien realizó una invitación a todos sus compañeros para que se arriesguen a romper los límites en sus carreras, así como salir de su zona de confort y apostarle a la interdisciplinariedad.
Conozca los personajes de Mitheo
En el performance, Seimus hace un recorrido por la historia un tanto retorcida de cada uno de sus personajes. Gabox, quien es la variación del personaje del Mohán, es fuerte, de cabellera abundante, ojos rojos, fumador de tabaco y pervertido, dado que seduce a las mujeres y las captura para luego llevarlas a su madriguera en las selvas y en los ríos.
Por su parte, Alisa es un hada, una persona pequeña y alada que es capaz de cumplir los más profundos deseos del hombre, así como convertir la existencia en una interminable cadena de infortunios.
En tercer lugar, Cobox, con su nariz puntuda y afilada, al igual que sus garras y sombrero de pico, tiene la habilidad de la autocombustión, transformándose en una antorcha que guía a los caminantes hacia senderos oscuros, aterradores e infernales.
Finalmente, Banchi es la representación de la Llorona, una mujer en constante pena y sufrimiento, que anda errante buscando a sus hijos muertos, de tal manera que cada vez que llora un pequeño bebé ella estará lista para arrullarlo y raptarlo.
